Tren Maya, Sembrando Vida y Corredor Transístmico, una triada para el despojo a los pueblos originarios. Autor: Iván Uranga

“El camino del infierno está empedrado de buenas intenciones”
Refrán.

Esta semana fue dada a conocer una investigación sobre los impactos en el valor de uso territorial de las comunidades indígenas y campesinas que tendrán los proyectos del Corredor Transístmico, el Tren Maya y el programa Sembrando Vida presentada por el Centro de Estudios para el Cambio en el Campo Mexicano (CECCAM) y elaborada por Daniel Sandoval Vázquez, en el que concluyen que estos proyectos tienen la intención no sólo de facilitar el flujo de productos de las empresas más importantes del mundo, incrementar el flujo de turistas y reforestar el Sur-Sureste de México, sino que los tres son parte de un solo proyecto del gobierno posneoporfirista o posneoliberal como le gusta autonombrase a la administración de Andrés Manuel López Obrador y que permitirán que los grandes capitales neoliberales del mundo incrementen sus ganancias a costa de nuestras riquezas, despojando a las comunidades originales de la tutela sobre los territorios que ocupan. “Por sus efectos previstos, pueden ser considerados una triada diseñada para el despojo y la subordinación del territorio… proyectos como el Tren Maya y el Corredor Transístmico, significan por un lado, arrebatar la posesión efectiva de la tierra a las poblaciones originarias y, por otra parte, privarlas de la capacidad de decidir sobre cualquier uso futuro de los recursos en general… la explotación de la población que será separada de su labor creativa ligada a la tierra”, afirma el investigador.

Todos estos proyectos han pasado por una infinidad de nombres y conceptos, pero el que retoma el gobierno de Andrés Manuel López Obrador sin decirlo, es el Proyecto de Integración y Desarrollo de Mesoamérica o Proyecto Mesoamérica, hoy totalmente vigente y que oficialmente salió a la luz el 28 de junio de 2008 durante el gobierno de Felipe Calderón, que consta de un corredor Atlántico y otro Pacífico con enlaces complementarios de interconexión, una red ferroviaria, integración portuaria, rutas de navegación, sistema carretero y red aeroportuaria acompañadas de iniciativas en telecomunicaciones, integración energética, gasoductos, turismo y arqueología, sumando a esto el Corredor Biológico Mesoamericano, el Proyecto Mundo Maya y el Proyecto de Desarrollo Integral del Istmo de Tehuantepec. Proyecto al que le da continuidad el intocable Enrique Peña Nieto durante su mandato, y que inicia el 28 de abril de 2014 la construcción del “Tren Transpeninsular” de pasajeros y carga para Yucatán y la Riviera Maya y que ahora AMLO lo mal llama “Tren Maya”, también el intocable EPN ese mismo año inicia el proceso de interconexión del océano Pacífico y Atlántico a través de un “Tren Transístmico” que la única diferencia con el proyecto actual del “Corredor Transístmico” de AMLO es que aquél era descaradamente privado y en el actual es público pero concesionado al sector privado. Que en realidad forman parte de la recolonización silenciosa del capitalismo a través de cientos de proyectos, en toda Mesoamérica, sólo en México existen funcionando actualmente más de 400 megaproyectos extractivistas que pretenden facilitar la gestión y ejecución de la extracción y el traslado de recursos naturales. (lea: La recolonización silenciosa del post-neoliberalismo).

AMLO agrega un componente al más puro estilo del PRI pre-neoliberal que evoca permanentemente; el programa Sembrando Vida, que ha vendido como el proyecto ecologista de su administración porque a decir del ejecutivo, “reforestará un millón de hectáreas” y que en la práctica está siendo usado para convencer a las comunidades indígenas de que acepten el Tren Maya y el Corredor Transístmico, porque a decir del investigador está condicionando dar 5 mil pesos mensuales a través de este programa a los campesinos para que acepten los megaproyectos.

Sembrando Vida en su primer año tuvo un rotundo fracaso porque su meta impuesta por ellos era sembrar 575 millones de plantas y sólo pudieron sembrar 80 millones de plantas, es decir, que se cubrió nada más el 13.9 por ciento. Cada planta del programa “Sembrando Vida” costó 375 pesos al erario en 2019, tomando en cuenta que se ejerció un presupuesto de 15 mil millones de pesos y que al final sólo serán viables alrededor de 40 millones de árboles, con esa cantidad un campesino común, sin programas espectaculares, podría sembrar no uno sino más de 20 árboles viables con todo y mano de obra. Por lo que la secretaria de Bienestar María Luisa Albores González pidió la renuncia al responsable del proyecto, el subsecretario de Planeación, Evaluación y Desarrollo Regional Javier May, renuncia que el presidente de la República Andrés Manuel López Obrador revocó, porque no se trata de un programa de reforestación, se trata de un programa para corromper la voluntad de los campesinos por hambre, al obligarles a aceptar el Tren Maya y el Corredor Transístmico a cambio de un pago mensual de 5 mil pesos durante la administración de AMLO.

Lamentablemente lo que pudo ser el mejor programa de cualquier presidente de México en la historia, porque vendría a solucionar la autonomía alimentaria y reivindicar el trabajo digno del campo, se ha convertido en la punta de lanza de los mega-proyectos neoliberales de esta administración. La idea fundamental de este programa es una mala copia de un proyecto que diseñamos para la elaboración de la nueva constitución con la Constituyente Ciudadana a través del Consejo Nacional del Pueblo Mexicano, (aquí lo puede consultar http://cnpm.mx/2016/09/17/un-paradigma-de-repuesto-el-quehacer-en-el-campo/ ).

“Con el Corredor Transístmico y el Tren Maya se abre la opción al capital para crear la base material necesaria que posibilite más inversiones y ganancias en el corto plazo. Pero si se analizan los componentes de estos proyectos puede verse que se trata de actividades económicas sumamente problemáticas por sus impactos sociales y ambientales.

Es muy importante observar la manera en que estos dos proyectos están vinculados a la producción industrial. No se trata de un plan para la creación de infraestructura destinada a la simple distribución de mercancías, o las actividades turísticas a partir de la posición geográfica estratégica de una región que cada vez tienen mayor importancia nacional e internacional. Como hemos visto los dos proyectos mencionados incluyen dentro de sí la posibilidad para que empresas nacionales y extranjeras puedan generar enormes ganancias, a partir del desencadenamiento de procesos ligados a la producción de mercancías, en zonas donde la riqueza social y biológica posee características excepcionales”, afirma la investigación de CECCAM.

Con las acciones de AMLO podemos afirmar que contuvo al neoliberalismo criminal y descarado, pero confunde corrupción con neoliberalismo, porque su lucha contra la corrupción del gobierno está sentada sobre un nuevo neoliberalismo humanista en México, que nos ha mostrado un rediseño en la forma de presentar el fondo, la nueva cara se nos muestra con un halo de honradez que lucha férreamente contra las formas de corrupción que el viejo neoliberalismo dejó insertadas como cultura gubernamental, mientras da continuidad a los megaproyectos extractivistas que han sido el sello del neoliberalismo en el mundo, con la modalidad de la negación cotidiana y pública de la complicidad en el despojo del agua, la tierra, las culturas y la biodiversidad de los territorios.

“Tan sólo las emisiones de la refinería Dos Bocas, volverían insignificante los servicios ambientales de captura de emisión de todos los árboles sembrados en el programa Sembrando Vida”: Greenpeace.

Su nuevo modelo neoliberal humanista contempla retrasar el colapso del sistema capitalista, entregando dinero del erario a los desposeídos para que mantengan una mínima capacidad de consumo que permita seguir girando la rueda del podrido sistema económico que domina el mundo y en lugar de usar Sembrando Vida para lograr la autonomía alimentaria, lo usa para comprar voluntades (lea: El Estado como empresa social; Yunus y AMLO salvando al capitalismo). Las becas entregadas en el programa Jóvenes Construyendo el Futuro han servido para financiar mano de obra a costa del dinero del pueblo a empresas como Elektra, Nestlé y miles más, que bajo el pretexto de la capacitación laboral obtienen mano de obra esclava sin prestaciones y sin tener que pagar. Estas miles y miles de mujeres y hombres jóvenes ni siquiera fueron contratados por estas empresas, porque mientras dure esta administración podrán contar cada año con nueva mano de obra esclava y gratuita y mucho menos generaron su propia fuente de ingresos, porque no fueron capacitados para ello: Si en lugar de eso hubieran habilitado durante este año a esos jóvenes en algún oficio, por lo menos hoy tendrían la posibilidad de ganarse la vida con su esfuerzo. (lea: La 4ta. Transformación es Azteca).

Si quitamos el Corredor Transístmico, el Tren Maya, Sembrando Vida y Jóvenes Construyendo el Futuro, de los proyectos que vendrían a salvar a México, sólo nos queda un triste aeropuerto que vendría a subsanar momentáneamente las necesidades de transporte aéreo del segmento más favorecido económicamente y una refinería en una era en donde está demostrado que los combustibles fósiles son parte sustancial del problema de contaminación que origina no sólo el calentamiento global, sino también la afectación del hábitat en donde coexistían en paz los virus que hoy nos afectan y más aún, con el deshiele de glaciares prehistóricos se han encontrado virus y bacterias desconocidos hasta hoy por la humanidad que al ser descongelados podrían terminar el trabajo que comenzó el coronavirus.

Aquí les comparto la liga para quien quiera leer las 43 cuartillas que componen la investigación publicada por  el CECCAM: http://ceccam.org/sites/default/files/Completo.pdf que concluye:

“El programa Sembrando Vida está incidiendo directamente en la decisión de las personas para aceptar las disposiciones oficiales. Esta acción desleal que enajena a los pueblos la capacidad de ejercer el libre consentimiento puede comprobarse testimonialmente en distintas localidades… Cabe decir que el uso faccioso de este programa gubernamental es un hecho que se aplica a la gran mayoría de áreas en las que el gobierno federal debe lograr que la población ceda sus tierras específicamente para este proyecto supuestamente turístico, según lo hemos comprobado cartográficamente al relacionar los sitios donde se implementa Sembrando Vida y los nuevos trazos planeados para el paso del Tren Maya.

“Por su parte, el capital privado y los operadores empresariales que ya han tomado por asalto la riqueza natural y social de la región maya en épocas previas con sus proyectos, también entran en funciones y cooperan con el capital público para apoyar la subordinación del valor de uso territorial, invisibilizando y menospreciando las necesidades y los usos tradicionales de los recursos en manos de los pueblos. Resalta en las últimas fechas que frente a la denuncia contra Alfonso Romo por ser parte de la pandilla de saqueadores presentes en la región maya, el empresario se haya defendido asegurando que gracias a sus inversiones se logra la transformación de “tierras improductivas” en “tierras con un alto valor agregado”, se generan empleos, “las comunidades muertas de hambre” salen de la miseria…”

La investigación del CECCAM coincide con la publicada en diciembre por el Observatorio Latinoamericano de Geopolítica de la UNAM quien en sus Avances de investigación Tren Maya (https://cutt.ly/7yvPOfe)afirman que “el análisis presentado pone en cuestión el principal objetivo de la administración de Andrés Manuel López Obrador: sacar a México de la pendiente del neoliberalismo de los últimos treinta años. El Tren Maya y sus transformaciones productivas-territoriales en el mediano y largo plazo vislumbran que los efectos e impactos no son los esperados por los principios de la Cuarta Transformación.

“Presenta varios rasgos de continuidad con una visión de mundo, de negocios y de intereses completamente neoliberales: una baja presencia del Estado en la inversión, aumento de la privatización incentivando la participación de grandes empresas locales y extranjeras, un profundo impulso de expropiación nunca antes visto en el sur-sureste (de derechos, de territorios, de saberes, incluso ruptura de lazos sociales, identidades culturales, prácticas económicas, etc.)”

Hoy AMLO nos presenta sus lecciones de la pandemia y responsabiliza al modelo neoliberal de la crisis, pero sus lecciones son superfluas porque entre ellas no contempla elementos básicos; como la eliminación del petróleo, la minería, la publicidad y un cambio radical en las políticas ambientales. Asimismo, omite la necesidad de diseñar modelos agroecológicos de producción de alimentos por regiones que garanticen la autonomía alimentaria en cada zona, la reivindicación económica del trabajo de cuidado en el hogar y la cancelación de la deuda pública que ahoga a las naciones y que fue adquirida por los gobiernos neoliberales.

Las características de sobrevivencia de la vida en la Tierra, dividen al mundo sólo en dos filosofías posibles: los que hacen por enfriar al planeta o los hacen por calentarlo, como lo planteo en mi Manifiesto por la Tierra. No podemos seguir aún dentro de este neoliberalismo humanista que nos presenta AMLO, solapando la extracción de agua y riquezas naturales por los megaproyectos neoliberales porque nos está costando la extinción. Y el cambio es hoy, porque no será la última crisis mundial que nos tocará vivir y si no procuramos un cambio radical ahora, la próxima podría ser la última.

Por lo pronto el 8 de mayo un juzgado federal otorgó un amparo a indígenas chiapanecos mediante el cual ordena que se suspendan las obras del Tren Maya en el tramo de Palenque, con la finalidad de salvaguardar la salud del pueblo ch’ol, que se suma al amparo otorgado a la comunidad de Xpujil en Campeche y al otorgado contra el Corredor Transístmico a los Mixes y Zapotecos en Oaxaca, que hoy continúan su lucha de forma virtual bajo los hashtags #NoAlTrenMaya y #ElIstmoEsNuestro en tanto termina la cuarentena para seguir resistiendo como lo han hecho por cientos de años.

La vida es una construcción consciente.
Iván Uranga
@CompaRevolución
iuranga@cnpm.mx

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