Nayib Bukele, ¿el dictador más “cool” del mundo? El recuento de sus medidas más criticadas (nota de OEM-Informex)

A pesar de su amplia aprobación, el Gobierno de Nayib Bukele también enfrenta duras críticas

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Nayib Bukele, Presidente de El Salvador, nuevamente está en medio de la polémica, tras haber cambiado la descripción de su cuenta en Twitter de “Presidente de El Salvador” a “Dictador de El Salvador” y posteriormente “El Dictador más cool del mundo mundial”, en referencia a las críticas en su contra, que señalan las tendencias dictatoriales que está tomando su Gobierno.

Un “no político” en la presidencia

Nayib Bukele llegó a la presidencia de El Salvador bajo la ya común etiqueta de “no político” o cuando mucho un político de la periferia, fuera de los dos grandes partidos que se han alternado el poder desde el fin de la guerra civil en el país centroamericano.

Su campaña se caracterizó por valerse de las redes sociales, uno de los principales signos de la juventud del entonces candidato. En aquel momento, su edad fue uno de los principales objetivos para sus detractores, que señalaban su inexperiencia como un riesgo para los salvadoreños.

Sin embargo, décadas de violencia y varios gobiernos enredados en escándalos por corrupción empujaron a los votantes hacia la imagen del joven político, que obtuvo más del 50% de los votos en la elección presidencial de 2019.

¿Una nueva dictadura en El Salvador?

Justo un año después de ganar la presidencia, Bukele ingresó a la sede del Congreso escoltado por un fuerte operativo del Ejército y la Policía Nacional Civil (PNC) para exigir a los legisladores que aprobaran un préstamo para la tercera fase del Plan de Control Territorial, al que se atribuyó la reducción en la tasa de homicidios.

Tanto la oposición del país como la comunidad internacional rechazaron las acciones del Presidente y lo exhortaron a respetar la división de poderes.

La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH) pidio “pleno respeto de la institucionalidad democrática para garantizar el Estado de Derecho, incluyendo la independencia de las ramas del poder público”.

En este mismo sentido, el titular el Ejecutivo salvadoreño fue duramente criticado por el uso del ejército para garantizar el cumplimiento de las medidas sanitarias impuestas por la pandemia de COVID-19.

A esto se sumó el desacato de una orden de la Corte Suprema para detener las detenciones de personas que no respetaban el confinamiento, realizadas por el ejército y la policía. Sin embargo, Bukele se negó con el argumento de que “la sala no tiene facultades para implementar o quitar medidas sanitarias ni para decidir sobre contenciones epidemiológicas”.

Derivado de la pandemia, el Presidente salvadoreño enfrentó otra crisis mediática, luego de que circularan fotografías de la población carcelaria desnuda y aglomerada, sin importar la posibilidad de contagio de COVID-19.

Defensores de los derechos humanos sentenciaron que las imágenes mostraban serias violaciones a la dignidad de las personas encarceladas.

Negociaciones con pandillas

En septiembre de 2020, el medio El Faro dio a conocer una investigación, realizada por la propia Fiscalía de El Salvador, sobre las negociaciones que la administración de Bukele sostuvo con líderes de la Mara Salvatrucha-13, Barrio 18 Revolucionarios y Barrio 18 Sureños.

De acuerdo con la información divulgada por el medio, a cambio de mantener la histórica caída en la tasa de homicidios, los cabecillas de las pandillas pidieron mejoras en la vida en prisión de sus miembros, así como beneficios para sus integrantes en libertad.

Entre los beneficios en prisión se manejó dar marcha atrás a la mezcla de reos de diferentes pandillas en una misma celda. Esta medida también había sido fuertemente criticada, pues expertos en el tema aseguraban que era “una invitación a que se mataran entre sí”, según recoge The New York Times.

Posteriormente, a principios de 2021, el partido Nuevas Ideas, creado alrededor de Bukele, consiguió la mayoría en la Asamblea Legislativa y ésta removió del cargo al fiscal Raúl Melara, quien hasta ese momento había dirigido la investigación en contra de los funcionarios involucrados en las negociaciones.

Rodolfo Delgado asumió el lugar de Melara y poco tiempo después desmanteló la unidad que llevaba el caso.

Acusan intromisión de poderes

Los últimos ataques contra el mandatario de El Salvador surgen de la injerencia que varios sectores del país, así como de la comunidad internacional, acusan por parte del Ejecutivo hacia los poderes Legislativo y Judicial, especialmente tras las reformas a la Fiscalía y la Sala Constitucional de la Corte Suprema.

Apenas el pasado mes de mayo, la Asamblea Legislativa reemplazó a los magistrados de la Sala Constitucional y los nuevos integrantes analizaron un artículo de la Constitución de manera que permitiera a Bukele, de así quererlo, postularse para un nuevo periodo presidencial inmediatamente tras terminar su mandato.

Por último, un proyecto de reforma constitucional, dirigido por el vicepresidente Félix Ulloa, y el decreto que jubila a magistrados de la Corte Suprema y fiscales mayores de 60 años desataron las protestas con el mandatario dentro y fuera del país.

El proyecto de Ulloa, que ya recibió Bukele, contempla la modificación de 215 de los 274 artículos de la Constitución, y ha sido catalogado por organizaciones civiles como una imposición vertical desde la presidencia. De igual manera, acusan que para llevar a cabo una reforma de tal envergadura sería necesario que al menos 10 diputados de la Asamblea desarrollaran y presentaran el proyecto.

Debido a lo anterior, en últimas semanas surgió en Twitter el hashtag #BukeleDictador para referirse a lo que ha sido calificado como la “deriva autócrata” del actual Gobierno de El Salvador.

Ante esto, los partidarios del oficialismo respondieron con la etiqueta #QueBonitaDictadura con imágenes y comentarios sobre los logros de la administración federal.

Asimismo, Nayid Bukele decidió tomarse con humor las críticas que lo señalan como un dictador y cambió la descripción de su cuenta oficial en Twitter por “Dictador de El Salvador” y más tarde por “El dictador más cool del mundo mundial”.

No es la primera vez que el Presidente responde de una manera similar; el pasado mes de enero, también en esta red social, cambió su foto de perfil por una del personaje Haffaz Aladeen, interpretado por Sacha Baron Cohen en la película “El Dictador”.

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