Mirada desencantada | De amor, renuncias y cepilladas: Sheinbaum, Cuevas, Rubalcava y Kempis. Autora: Ivonne Acuña Murillo

Fotos: Cuartoscuro | X (@IndiraKempis)

Por: Ivonne Acuña Murillo

Se ha vuelto una constante que una misma semana se vea plagada de asuntos políticos dignos de ser comentados y la pasada no es la excepción. Claro está que, para quien se dedica al análisis político, este hecho supone una fuente inagotable de temas entre los cuales elegir. En esta ocasión me he decidido por exponer varios de ellos, comenzando por la boda de Claudia Sheinbaum Pardo hasta llegar a las muestras de apoyo y amor de Sandra Xantall Cuevas Nieves al alcalde de Cuajimalpa, Adrián Rubalcaba Suárez, pasando por la renuncia de este a su partido después de ser cepillado y por la también cepillada dada a Indira Kempis Martínez, asuntos todos unidos por el mismo hilo conductor.

Décadas atrás se ha advertido cómo, a decir de la estudiosa de la UNAM Yolanda Meyenberg, la política se ha convertido en un escándalo-espectáculo y la ciudadanía en espectadora que gusta más de las emociones fuertes que de argumentos sólidos relacionados con proyectos viables de gobierno (“Imagen mediática: la influencia de la comunicación en la definición de nuevas formas de liderazgo político”, en Democracia y medios de comunicación, 2004).

Este fenómeno se relaciona con lo que otro estudioso, Leonardo, reconoce como “el doble poder de los medios de comunicación”, debido a que se han convertido en “la” arena donde se debaten los asuntos públicos y en actores de gran peso en la configuración de la agenda pública Curzio (“Los medios y la democracia”, en Democracia y medios de comunicación), de tal suerte que si un asunto no es tratado en sus espacios es como si no hubiera ocurrido.

A partir de este doble poder los medios comienzan a ser percibidos como actores con intereses propios y con una capacidad enorme para construir y destruir la reputación de las y los políticos o condicionar su actuación al punto que hoy el mundo, a decir de Mónica Raffaele, se encuentra en la “etapa de poder de los medios”, en la medida que el periodismo ha dejado “de ser simple espectador para entrar en el debate político y obligar al aparato político (y sus protagonistas) a adaptarse a su lógica”, tiempos y formatos (“Comunicación política: reflexiones para la construcción teórica de un modelo de análisis general. Estudio de un caso”, 2005).

Una vez trazado el eje del análisis hay que decir que, por supuesto, México no es la excepción y bien podría contarse como el escenario de ejemplos claros de cómo la lógica mediática ha colonizado a la política. Antes de los asuntos que ocupan la atención de esta colaboración vale la pena recordar que hacia el quinto año del sexenio de Vicente Fox Quesada y a lo largo del de Felipe de Jesús Calderón Hinojosa la política se presentó, sin decoro, como un escándalo-espectáculo.

El caso paradigmático ocurrió a las 6:47 horas del 9 de diciembre del 2005, cuando el reportero Pablo Reinah transmitió en vivo, en el noticiero “Primero Noticias” de Carlos Loret de Mola, el supuesto rescate de dos personas secuestradas.  El operativo tuvo lugar en el Rancho Las Chinitas, ubicado en San Miguel Topilejo, Tlalpan, y estuvo a cargo de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI) al mando de Genaro García Luna y quien fuera su mano derecha, Luis Cárdenas Palomino. Tiempo después se supo que el rescate había ocurrido un día antes y que, por recomendación del mismo García Luna, se escenificó un montaje para que el público pudiera ver en vivo las acciones de la AFI.

La idea se arraigó y durante todo el sexenio de Calderón, García Luna, ya como Secretario de Seguridad Pública, se encargó de presentar en medios una serie de arrestos, rescates y demás espectáculos. Notorio era cómo, violando la ley y los derechos de las personas detenidas, estas eran llevadas primero a los estudios de televisión, donde policías y periodistas los interrogaban haciendo las veces del Ministerio Público.

Cierto es que esta manera de actuar del gobernante en turno no se ha repetido en los sexenios de Enrique Peña Nieto ni en el del actual presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador (AMLO); sin embargo, es un hecho que la lógica de los medios ha llegado a la política, como la música de la estación de radio 620 de AM, para quedarse. Muchas y muchos han entendido cómo valerse de los medios para fijar su imagen en la mente de la ciudadanía explotando la curiosidad y el morbo de sus posibles votantes, de manera discreta o escandalosa.

Entre las primeras se encuentra, quien posiblemente se convierta en la primera mujer presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, quien el viernes pasado hizo del conocimiento público su enlace matrimonial con Jesús María Tarriba, su ex novio de la universidad. Un titular da cuenta de su discreción: “Claudia Sheinbaum se casa con Jesús María Tarriba, su novio de la universidad, en una ceremonia íntima y familiar” (Georgina Zerega, El País, 17 de noviembre de 2023).

Ciertamente, no fue una boda con muchos invitados, derroche de recursos y medios presentes, pero su anuncio hecho por la misma Sheinbaum en su cuenta de Instagram, con fotos incluidas, de los anillos matrimoniales y de amb@s ya desposad@s, son parte de la idea de la política como un espectáculo en el que mover emociones se vuelve crucial. Textualmente la Coordinadora de Defensa de la cuarta Transformación, escribió: “Les comparto que el día de hoy Jesús y yo nos casamos en una ceremonia íntima y familiar. Estamos muy felices.”

Esta estrategia da a Sheinbaum la oportunidad de acercarse al pueblo y mostrarse como parte de este en la medida que se enamora y se casa, como cualquiera.

Entre las segundas, cabe mencionar a otra mujer enamorada, a la alcaldesa de la Cuauhtémoc, Sandra Cuevas quien, al parecer, ya no es novia del influencer Rubén Arenzana, mejor conocido como “RuAbogado”, quien en sus historias de Instagram se mostraba con ella en situaciones románticas, de beso en la mano y todo.

Es posible incluir aquí todas las polémicas que han acompañado a Sandra Cuevas, quien se ha empeñado por mostrarse en medios con toda “su belleza”, a decir de ella misma, estelarizando toda clase de eventos que bien vale la pena integrar a la lista de escándalo-espectáculos. El primero, sin duda, fue el que montó el día de su toma de posesión con alfombra roja, cientos de mariposas y fuegos artificiales, como si fuera la entrega de los premios Óscar; el día en que lanzó a sus gobernados y gobernadas pelotas con billetes de $ 500.00 pesos adheridos a estas; sus apariciones vestida como policía, en moto y acompañada del cuerpo de seguridad de la alcaldía; sus intentos de hacer campaña en alcaldías que no son la que gobierna y de las que ha salido por piernas, etc.

Sus últimas espectaculares apariciones las ha hecho junto a Adrián Rubalcava, alcalde reelecto de Cuajimalpa de Morelos. Primero, bailando reguetón en mítines, cenando en Polanco y recreando la famosa escena de la película Titanic, donde Leonardo DiCaprio toma a Kate Winslet por la cintura mientras ella extiende los brazos. Igualmente, en fotografías en las que es abrazada por la espalda por el político. Una de estas circuló profusamente en medios en semanas anteriores. Como en las otras, Rubalcava la abraza por la espalda mientras ella toma sus manos y luce un llamativo escote.

Segundo, estando presente el sábado 18 de noviembre cuando Adrián Rubalcava dio a conocer su renuncia al Partido Revolucionario Institucional (PRI), después de ocho años de militancia (2015-2023),  acusando a su partido y a la dirigencia del Frente Amplio por México (FAM) de abandonar el proceso interno (registro, foros, elección ciudadana) que le daría la oportunidad de competir por la precandidatura a jefe de gobierno de la Ciudad de México (CDMX). Sin más, el FAM designó al panista Santiago Taboada Cortina, alcalde de la Benito Juárez, como su precandidato.

Dados los hechos, Rubalcava dio a conocer que había tenido una conversación con el presidente nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas, “Alito”, llena de insultos y señalamientos, después de que este le comunicara, vía WhatsApp, que no había sido el elegido. Lo que duele a Rubalcava es que Alito, quien siempre le dijo que su candidatura iba en primer lugar, lo utilizo y lo traicionó, al igual que el FAM. Asimismo, hizo notar que a diferencia de Taboada, él tiene las manos limpias y no es acusado de nexos con el llamado cártel inmobiliario.

Su renuncia se dio a los ojos de Cuevas, quien aprovechó para expresarle su apoyo: “Voy a dejarle todas las preguntas al alcalde Rubalcava y solamente quiero que se lleven ese mensaje: Rubalcava no está solo, cuenta conmigo, y vamos a seguir trabajando por esta Ciudad de México”. No conforme, puntualizó: “Tienes mi apoyo, mi amor y a la Cuauhtémoc”.

Todo parece indicar que la alcaldesa no separa el amor de la política pues, en sentido estricto, no puede ofrecer “La Cuauhtémoc” a nadie. Habrá que esperar en qué se traduce dicho ofrecimiento.

Por supuesto, la forma en que Sheinbaum y Cuevas se hacen ver no tiene comparación más allá de que ambas ocupan el escenario en que se ha convertido la política, así que me disculpo si alguien considera que presentarlas juntas fue un exceso.

Pero hubo más eventos en los que los medios fueron el escenario. No solo en el FAM se cuecen habas, la “cepillada” que le dieron a Rubalcava no fue la única. Indira Kempis, senadora por Movimiento Ciudadano (MC), denunció que su partido le negó el registro a la candidatura presidencial por una supuesta “calumnia” en redes sociales en contra de MC. Lo anterior, para favorecer la precandidatura del gobernador con licencia de Nuevo León, Samuel García Sepúlveda quien, no se puede negar, sí sabe hacer de la política un escándalo-espectáculo.

Por medio de su cuenta de “X”, la legisladora Kempis señaló a Julieta Macías Rábago, presidenta de la Comisión Nacional de Convenciones y Procesos Internos de MC, de haber actuado con parcialidad a favor de Samuel García. Sin negar la acusación, en su cuenta de “X”, Macías Rábago publicó: “En tiempo y forma, el día de hoy se llevó a cabo el registro de @samuel_garcias como precandidato a la presidencia de la República para el proceso electoral 2024 ¡Éxito!”.

Termina este recuento de amor, renuncias y cepilladas.

Mirada desencantada

Imposible no mencionar el triunfo electoral de Javier Milei quien, con el apoyo del expresidente Mauricio Macri (2015-2019), será el próximo presidente de Argentina. Vence al candidato del peronismo, Sergio Massa, con el 56% de los fotos, frente al 44% del segundo.

Milei, es un personaje de ultraderecha, que además de oír voces, clonar a su perro muerto, hablar con este a través de una médium, ha prometido recortar el gasto público y los impuestos, cerrar el Banco Central de Argentina y remplazar la moneda nacional, el peso, con el dólar estadounidense. Ha propuesto también prohibir el aborto, hacer más laxas las leyes de portación de armas y solo considerar como países aliados de Argentina a las naciones que quieran combatir al socialismo.

Se puede cuestionar la decisión de la ciudadanía argentina que se ha decantado por “un loco” pero no se puede negar que los malos resultados de gobiernos previos, orientados a la izquierda, le han orillado a ello, sin importar que Milei haya prometido reducir el Estado a su mínima expresión, cerrando los ministerios de Educación y Salud y eliminando de manera progresiva la ayuda social.  

El triunfo electoral de Milei se explica por los votos de personas jóvenes de los sectores medios y bajos, hartos de las crisis económicas recurrentes y por haber podido captar la mayor parte de los 6,2 millones de votos que obtuvo en la primera vuelta Patricia Bullrich, exministra de Seguridad de Macri. En resumen, el innegable triunfo del ultraderechista fue posible gracias a que 21 de 24 distritos electorales del país, entre ellos Córdoba, Santa Fe y Mendoza, los más poblados del país después de la provincia de Buenos Aires, decidieron darle una oportunidad al vociferante Milei. Ya la historia dará testimonio de una decisión que, a ojos vistas, parece una inmolación colectiva producto del hartazgo, la falta de esperanza y la desesperación.

<em>Ivonne Acuña Murillo.</em><br>
Ivonne Acuña Murillo.

Socióloga feminista, académica de la Universidad Iberoamericana. Analista política experta en sistema político mexicano y género. Autora de más de 250 artículos periodísticos y 25 académicos publicados en periódicos y revistas de circulación nacional. Ha contribuido al análisis del presente y el futuro de un país que se desgarra en múltiples medios escritos, radiofónicos y televisivos, tanto nacionales como internacionales.

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