Me canso ganso que la seguridad es militar. Autor: Iván Uranga

Somos números, muertos de 4ta.; Ejército
fuera de la Constitución y asistencialismo.

Es tramposo, muy tendencioso y ruin el que Reforma afirme que en diciembre hubo 887 homicidios y que como en noviembre hubo 537 víctimas, entonces se incrementaron los homicidios 65% “desde que AMLO tomó el poder” en México. Ante esto el presidente Andrés Manuel López Obrador y su secretario de Seguridad Pública, Alfonso Durazo, responden que el diario Reforma publica información falsa y afirma en el colmo del absurdo que no son 887 sino 2 mil el promedio mensual de homicidios en México. Y hablan de las personas asesinadas como estadísticas, como números y juntan los números de las vidas con los números de las cosas. Y la preocupación del ejecutivo, de sus secretarios y de los reporteros presentes en la conferencia diaria son estos números, si son más o si son menos, si suben o si bajan, por lo que queda claro que la estrategia de gobierno en seguridad no es lograr la justicia sino es bajar las estadísticas delictivas.

Muertos de primera y de 4ta.

Se están gastando miles de recursos y cientos de millones de pesos en investigar cada destalle de la caída de un helicóptero y del fallecimiento de 5 personas entre los que iban una gobernadora y un senador y para los otros mil novecientos noventa y cinco mexicanos que asesinaron ya en la 4ta. Transformación en diciembre, sólo hay inversión para convertirlos en números. ¿Cuántos de estos más de 240 mil homicidios en México en los últimos 10 años fueron resueltos? ¿Cuántos son investigados? La lógica de “punto final” del nuevo gobierno en donde no se quiere ver ningún crimen o injusticia del pasado y que por lo tanto los recursos del gobierno no serán destinados para investigar y procesar a los culpables, ¿dejará impune y sin castigo a 240 mil asesinos? ¿240 mil familias en México no merecen justicia? Hasta cuándo seguiremos con este México de simulaciones en donde si no eres “alguien” no ameritas ni siquiera justicia ante tu homicidio, tu tortura, tu desaparición, tu violación. Mientras el Poder Judicial y el Poder Ejecutivo debaten quién tiene más grande el salario, el porcentaje de impunidad es de 99%. Sólo 1 de cada 100 homicidios es juzgado por lo que de los 66 mexicanos promedio que serán asesinados hoy, el porcentaje no alcanza ni siquiera para que 1 asesino de estos 66 sea procesado.

Me canso ganso que la seguridad será militarizada.

Sin ninguna duda la propuesta de Andrés Manuel López Obrador para atender la extrema violencia y la inseguridad en México es el concepto de seguridad militar y lo reafirma al dejar la cooptación y capacitación de los integrantes de la “Guardia Nacional” en manos de la Secretaría de la Defensa Nacional y la Secretaría de Marina, cada uno de los integrantes de este cuerpo armado para atender la Seguridad Pública, será entrenado bajo la disciplina militar, por militares y bajo mando militar. Aunque el Ejecutivo insista que no se trata de una militarización es obvio que sí está militarizando toda la seguridad pública del país. Es decir; si el huevo es de ganso y fue puesto y cuidado por una gansa y aprendió todo lo que un ganso debe hacer ¡Me canso ganso que es un ganso! Aunque nos quieran hacer patos.

Ejército y gobierno fuera de la Constitución.

Lo que nadie quiere ni mencionar es que después que la Suprema Corte de Justicia declarara anticonstitucional la Ley de Seguridad de EPN deja al Ejército y la Marina sin una cobertura legal para estar fuera de sus cuarteles y menos atendiendo la seguridad pública, por lo que todo lo que hacen ahora en cada pueblo de México en torno a esto no sólo es ilegal sino que es anticonstitucional. Pero al parecer eso de violar la Constitución es intrascendente, así como el que el Presidente, el secretario de la Defensa Nacional, el de Marina y el de Seguridad Pública convoquen al unísono y abiertamente a la población a formar parte de la “Guardia Nacional”, organismo también inexistente. Imaginemos por un momento que el Congreso de la Unión no aprueba la reforma a la Constitución propuesta por AMLO para la creación de este cuerpo militarizado, o pensemos que sí la aprueba pero que los congresos de los estados de los cuales necesita su aprobación la rechazan. ¿Qué pasará con estos 50 mil jóvenes ya reclutados y entrenados militarmente? ¿Los dejarán sin trabajo y ya diestros en el manejo de las armas? ¿Los incorporarán al Ejército para que estén en sus cuarteles esperando la guerra o algún desastre natural, como marca la Constitución vigente y que todos deberíamos respetar?

Preferimos la seguridad a la asistencia.

Más allá de todas estas acciones emprendidas y no emprendidas por el nuevo gobierno, o de si estamos de acuerdo o no con lo que hace y va a hacer, la pregunta es ¿Será suficiente para detener esta brutal escalada de crímenes en México? El descontento generalizado por el incremento de la inseguridad en Latinoamérica dio paso a que gobiernos como el de Argentina, Colombia, Brasil y México tuvieran un cambio de actores políticos al frente de sus gobiernos, en algunos casos como Brasil no fue suficiente que presidentes como Lula da Silva lograran un crecimiento económico de más de 6% (en México con mucho trabajo llegamos a 2%), aun así la gente votó a favor de un presidente que lo único que ofrece abiertamente es una represión generalizada con lo que pretende controlar la inseguridad. Lo que quiero decir, es que la principal demanda social no tiene que ver con la economía de un país, que la seguridad (la vida) es más importante que el desarrollo y que hasta ahora los esfuerzos de gobiernos ejemplares como el de Lula en Brasil o el de Mujica en Uruguay no ha sido suficientes para dar continuidad a transformaciones sociales de fondo, porque no han impactado con sus extraordinarios programas sociales, en la inseguridad y la violencia.

Necesitamos mexicanos.

Desde mi punto de vista sería necesario invertir todas las inteligencias en erradicar de raíz la violencia de la vida social de México y esto no se logrará sólo desde el frente social con programas de becas de consolación marginal a todos los jóvenes inscritos en los bachilleratos, estudien o no, asistan a clases o no, para que se lo gasten en útiles, chelas, o mota; ni se logrará con pensiones ni programas asistenciales (para no llamarlos asistencialistas porque se enojan) y menos entrenando a 50 mil jóvenes como sicarios del Estado. Si no pueden garantizar la seguridad sin militarizar al país por lo menos que nos permitan por ley organizarnos para defender nuestra vida y a nuestras comunidades, porque hasta ahora nos tienen sólo como tiro al blanco y si nos defendemos de lo que el Estado no puede defendernos a nosotros sí nos encarcelan. Necesitamos brigadas permanentes de agentes motivadores de cambio que trabajen en cada pueblo, colonia o barrio de forma coordinada con cada programa, que prioricen el aprendizaje y la formación humana; que promuevan la convivencialidad mientras ayudan a resolver los problemas inmediatos de cada comunidad. Mexicanos que estén dispuestos a jugar, construir bibliotecas, sembrar, hacer baños secos y limpiar letrinas mientras conversan sobre respeto, dignidad, igualdad, unidad y humanidad para que con congruencia transformemos cada centímetro de tierra y piel de nuestro territorio.

Iván Uranga

@CompaRevolución

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