«El pueblo es soberano, sólo el día de las elecciones, en donde ejerce su democrático
derecho de votar por un candidato que eligieron otros».
-Iván Uranga
Con su profunda mirada y una sonrisa mordaz, que creaba un brillo especial en sus ojos e insinuaba su sagaz inteligencia, me tendió la mano para saludarme en una cabina de radio en Acapulco, Guerrero, me acerqué a darle un beso en la mejilla como respuesta a su mueca de gusto por verme, porque sabía lo mucho que le molestaba que cualquier persona intentara un contacto más de allá de una mano firme a distancia cuando saludaba. Después de incomodarnos, comenzamos el programa especial para el que habíamos sido invitados desde la capital del país para debatir sobre Derechos Humanos, en medio de una crisis provocada por las fuerzas armadas. A mitad de la entrevista apareció en la cabina Félix Salgado Macedonio, en ese entonces diputado federal del PRD, la moderadora aprovechó para anunciar su llegada y no perdió la oportunidad de preguntarle su opinión sobre el tema, a lo que Félix contestó: “Yo sólo vine a saludar a mis carnalitos, venía en el auto y escuché que estaban aquí, así que pasé a saludarlos”, me dio un abrazo y se retiró. -Con Félix me tocó luchar por la Universidad Autónoma de Guerrero en la época que Enrique González Ruiz fue su rector a principios de los ochentas-. Al terminar el programa, Digna y yo tomamos el mismo vuelo a la Ciudad de México, conversamos mucho, -me gustaba conversar con ella-, al llegar al aeropuerto de la Ciudad de México, dos tipos mal encarados se acercaron rápidamente a nosotros, tomé a Digna de la mano listo para correr, porque sabía de las amenazas a Digna y porque a mí toda la vida me han perseguido, desde antes de entender por qué me perseguían. Rápidamente Digna me calmó, diciéndome con un gesto de fastidio y resignación, que era la escolta que el gobierno le había puesto; pasado el susto, me ofreció que me podían llevar a donde quisiera, le respondí enfrente de sus guaruras que no, que muchas gracias, que con sus acompañantes me sentía muy inseguro y que con ellos yo no iba ni a la esquina. Sonriendo se despidió y desapareció entre la gente. Fue la última vez que vi a Digna Ochoa, unos días después el Estado la asesinó, no dudo que a manos de los mismos que la custodiaban, argumentando suicidio. También fue la última vez que vi a Félix. De eso, hace ya 20 años.
Esta semana los dos son noticia; Félix, porque las autoridades electorales le desvanecieron su sueño largamente deseado de ser gobernador de su estado natal y porque logró en una pirueta monárquica poner a su hija en su lugar y Digna porque el Estado mexicano reconoció ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos su responsabilidad en su cobarde asesinato, por las fallas en la investigación de su muerte y ha admitido haber violado el derecho a la honra y la dignidad de la activista, anunciando que reabrirá la investigación. Ya veremos.
En torno a la resolución desfavorable contra Salgado Macedonio del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) el presidente Andrés Manuel López Obrador declaró en su representación mañanera del 28 de abril que “tanto los consejeros del INE como los magistrados actuaron de manera antidemocrática. Esto se explica porque estos organismos vienen del antiguo régimen antidemocrático” y sin más equiparó al Instituto Nacional Electoral (INE) y al TEPJF con el ejército que derrocó a Madero, “porque venían del porfiriato” y el INE y el TEPJF “vienen de neoliberalismo”. Inmediatamente después de su vehemente discurso en contra del árbitro electoral, llamó a aceptar el veredicto, porque era, a su parecer, un acto de provocación.
Lo primero que vemos, es el miedo que le tiene AMLO a la reacción desmesurada de Salgado Macedonio, que conociéndolo, es muy fácil que se le antoje tomar el INE, el TEPJF o sabotear las elecciones en Guerrero, porque Félix es un líder nato, de esos que se ganan al pueblo luchando junto a ellos, así que todas estas declaraciones del Presidente no son contra las autoridades electorales, sólo usa su discurso para pedirle al famoso “Costales” o “Toro sin cerca” que se contenga, es muy obvio que AMLO le tenía prometida la gubernatura a Félix. Como resultado de las dudosas encuestas organizadas por Mario Delgado, que opera para Marcelo Ebrard, surgieron una serie de descontentos entre los militantes de Morena en todo el país; el mismo secretario de Educación, Formación y Capacitación Política de Morena Enrique Dussel, afirmó en entrevista con Julio Astillero que las encuestas de Mario Delgado, son un disfraz del dedazo a lo que han llamado “dedencuesta” (dedazo disfrazado de encuesta). Por lo que se dice que fue la familia Sandoval que al ver desplazado a Pablo Amílcar de la candidatura comenzaron el ataque sucio contra Salgado Macedonio acusándolo de violador, hecho que a la fecha no ha sido comprobado, pero que pretextó un arma sinigual a la oposición electoral al gobierno, y que facilitó que el INE arremetiera contra el candidato de Morena sin oposición social, esta aparente derrota del Presidente rápidamente la ha convertido en bandera para arremeter contra los organismos públicos autónomos no alineados. Y se dice que ya le pidieron el puesto a Irma Sandoval, que será quien pague los platos rotos, porque su hermano desistió de la gubernatura y aceptó una candidatura a una diputación federal. Y Félix Salgado Macedonio gobernará Guerrero a través de su hija Evelyn, que fue ya presentada como ganadora de la nueva dedencuesta, violentando cualquier principio democrático y regresando a la política mexicana a los usos y costumbres de la monarquía.
Pero esta última jugada del Tribunal Electoral contra Salgado, tiene toda la facha de también ser fuego amigo, que le quita el candidato incómodo al Presidente, porque podemos ver “casualmente” que de los 7 magistrados que integran el Tribunal sólo José Luis Vargas Valdez, presidente del TEPJF se lava las manos votando a favor de Salgado Macedonio, con lo que evitan una arremetida contra su institución.
Todo es parte de la democracia simulada desde el poder. Desde que México existe como país se ha hecho creer que se le puede llamar a un gobierno democrático, porque sus dirigentes son elegidos por medio del voto y no hay nada más falso. Democracia significa el gobierno del pueblo y el pueblo nunca ha gobernado, en la mayoría de los países del orbe, quien gobierna son políticos que consiguen sus cargos mediante dinero y/o negociaciones políticas y cargos que posteriormente se justifican a través de elecciones, elecciones que en la práctica siempre son cuestionables.
Las primeras elecciones que se realizaron en México fueron las elecciones parroquiales del 29 de noviembre de 1812, en donde todos los habitantes de la época advertían su importancia, porque si los candidatos europeos o conservadores eran elegidos, el régimen virreinal recibiría el apoyo popular. Si los criollos y liberales eran elegidos el poder virreinal disminuiría. El Cabildo no debía participar en la organización y aun así determinó el número de electores que debían elegirse en cada una de las catorce parroquias de la capital y comisionó a los regidores para que vigilaran la votación. La parroquia del Sagrario (anexo a la Catedral) tenía más de 80 mil feligreses, de los cuales 8 mil podían votar; el intendente corregidor Ramón Gutiérrez del Mazo consideró que eran demasiados y decretó que el requisito para poder votar era ser jefe de familia y tener por lo menos 25 años de edad, excluyendo a negros, castas (mestizos), sirvientes domésticos y mujeres. Aun así ganaron los liberales y la noche del 29 de noviembre los ganadores se manifestaron con tanto entusiasmo y júbilo que en sus informes a España, el virrey las describió como “un motín, en que las multitudes tomaron Catedral y Palacio, que gritaban lemas revolucionarios, y tocaron las campanas de la Catedral”. Todos los ganadores fueron apresados bajo el cargo de ser partidarios de la Independencia, o de que se habían negado a contribuir con dinero para la guerra contra Napoleón en España. En esas primeras elecciones existe constancia en los archivos históricos de la Ciudad de México, que por primera vez en México, hubo carrusel y acarreo de votantes, práctica que sigue usándose después de más de 200 años de elecciones en México y que está tan enraizada en el sistema electoral, que bien podrían alegar que son usos y costumbres.
Y hoy, al igual que hace 200 años, el gobernante y el juez electoral son quienes inciden en determinar quién puede participar, y también quién gana y quién pierde. Antes para mantener el control sobre los votantes y los votados, discriminaban a negros, mestizos y mujeres, hoy sólo controlan a quienes pueden ser elegidos a través de los partidos políticos. Pero no se engañe, nunca ha gobernado el pueblo.
Antes del Instituto Federal Electoral (IFE), era la Secretaría de Gobernación la responsable de fungir y fingir ser el árbitro electoral, pero después del descarado e histórico fraude ejecutado por el actual director de la Comisión Federal de Electricidad Manuel Bartlett con el que llegó Carlos Salinas de Gortari al poder, logramos mediante la presión popular, que se descentralizaran las elecciones y se creó el IFE en 1990, hoy INE, con la promesa de ser un árbitro imparcial, promesa que a la fecha no se ha logrado, porque lo que tenemos es un organismo totalmente partidizado, en donde los consejeros viven con canonjías fuera de la realidad de un pueblo pobre y su criterio responde a los intereses de algún partido político.
- El actual conflicto con el INE no es que esté a favor de la oposición, el conflicto es que no está a favor del gobierno, como era costumbre.
Desde mi punto de vista el problema es el factor humano, en la actualidad con la tecnología se podría diseñar un modelo en donde los jueces electorales no sean personas, entendiendo que el juez electoral es el medio, pero nunca puede ser el fin, el problema que presenta el diseño actual, es que cualquier propuesta que implique el criterio humano es susceptible de corromperse. Pero para lograr una mínima democracia, sería necesario instrumentar un mecanismo que permita que todo ciudadano pueda votar por todas y cada una de las decisiones de gobierno. Imagine por un momento una aplicación para su teléfono, en donde le lleguen las propuestas de inversión del dinero público y sea usted quien decida cuál es su mejor destino y no un grupo de arribistas que lo único que hacen es defender sus intereses personales y los de su patrón político y/o económico. Créame que así, sería lo de menos quién gobierne, mientras obedezca lo que el pueblo mande.
Algo que debemos reconocer al actual gobierno, es la libertad de expresión que disfrutamos nunca antes vista, porque ahora, como nunca, podemos decir lo que pensamos sin riesgo a ser despedidos, desaparecidos o ejecutados. No me malinterpreten, el que exista libertad de expresión no significa que exista libertad.
Lo diferente de este gobierno, es que ha logrado convertirse en un medio de difusión masiva, la producción del “reality show” mañanero del presidente, ha logrado las audiencias más numerosas de todos los medios de comunicación existentes en México, por lo que pueden contrarrestar cualquier opinión contraria. Por primera vez, cada vez que un comunicador habla mal del presidente, el gobierno habla mal del comunicador, hecho que inmediatamente activa millones de opiniones y amenazas contra aquel medio o comunicador que se atrevió a hablar mal del patriarca, a través de las redes sociodigitales y de canales alternativos de comunicación visual, que administran rémoras seguidores fieles de López Obrador y que viven económicamente de la aceptación de otros millones de seguidores del mandatario. Lo interesante es que este sistema sólo se activa en el caso de ataques contra el presidente o lo que él defienda y no contra otros miembros del gobierno. Muchos comunicadores han optado por la autocensura, cansados de tanto ataque. A excepción de los pseudocomunicadores que al verse en el desamparo del pago del gobierno, han puesto su opinión en subasta al mejor postor y que en este tiempo electoral, son pagados para desgastar en la opinión publica la imagen del presidente, tarea nada difícil por la cantidad de errores cometidos por el Ejecutivo.
Pero en la vida real, más allá de las declaraciones públicas y de las redes sociodigitales, el individualismo radical llamado capitalismo, sigue siendo quien pone las reglas y cualquier persona que se oponga a sus intereses económicos es amenazada, torturada, asesinada o desaparecida, cualquier cacique o dueño de empresa te asesina si vulneras sus intereses o si te opones a los intereses de las grandes corporaciones que apoya el actual gobierno. Eso no ha cambiado nada, y la prueba son los 72 activistas asesinados en lo que va del obradorato. Ahí la libertad no existe.
- Cuando AMLO hablaba de separar al poder político del poder económico, no sabíamos que significa que el poder económico tendría la libertad de asesinarnos, sin que el poder político hiciera nada.
Estamos viviendo una época de grandes simulaciones. Durante los casi de 2 años y medio de gobierno de López Obrador, no hay un solo día en él no responsabilice y acuse a los gobiernos anteriores de desfalco, robo, estafa y tracción a los intereses de los mexicanos, presentado datos y pruebas. Pruebas que no llegan a las instancias jurídicas, porque el presidente sólo usa la denuncia como un instrumento de reivindicación personal, pero no de denuncia legal, porque es obvio el pacto de impunidad que tiene con sus antecesores.
En el colmo de la incongruencia, el presidente plantea que las elecciones sean organizadas por el Poder Judicial y afirmó que es “un poder autónomo independiente, con gente íntegra, honesta, intachable”. El problema es que ese discurso es otra simulación, porque el mismo Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación es un órgano especializado del Poder Judicial de la Federación, es este el organismo al que el Presidente en un mismo discurso llamó traidor de la democracia, por el fallo contra Salgado Macedonio y que minutos después quiere que organice las elecciones por ser “integró, honesto e intachable” es este mismo Poder Judicial presidido por Arturo Zaldívar al que anticonstitucionalmente el Presidente a través de sus legisladores, le está dando 2 años más en el cargo, es este mismo Poder Judicial que todo aquel pobre que por desgracia cayó en sus manos, sabe que la justicia en México está a lo orden del mejor postor, ellos son los que ahora quiere AMLO que organicen la subasta electoral. Supongo que porque no se atrevió a darle una enésima encomienda a las fuerzas armadas.
Hoy como ayer, el juego electoral es sólo una democracia simulada, que permite acomodar representantes de los diversos intereses económicos en puestos de decisión, para proteger y/o aumentar sus negocios, por lo que las fuerzas contendientes buscan ganar el favor del voto de las masas, para que usted elija libremente el color la cadena con la que seguirán explotando y saqueando su esfuerzo y a la Tierra, hasta su extinción.
La vida es una construcción consciente.