“Tomé un filoso cuchillo y le asesté una puñalada en el cuello”: “Monstruo de Atizapán” narró sus crímenes ante el MP (nota de Álvaro Velázquez en OEM-Informex)

Foto: FGJEM.

Dijo que a su última víctima la asesinó porque lo iba a dejar

Álvaro Velázquez| OEM-Informex

Si mate a Reyna y lo hice porque después de casi tres años de mantener una relación sentimental, amenazó con dejarme para regresar y vivir bien con su esposo

Así lo manifestó en sus primeras declaraciones ante el agente del Ministerio Público, Andrés “N”, presunto feminicida serial del municipio de Atizapán.

Durante la audiencia inicial en la Sala seis de Juicios Orales del penal de Barrientos en el municipio de Tlalnepantla, el MP leyó íntegra la declaración de Andrés que se encuentra asentada en la Carpeta de Investigación, en la que agregó:

después de que tuvimos relaciones sexuales en la cocina de mi casa, Reyna me dijo que era la última vez que estaba conmigo, por lo cegado por los celos y la rabia tomé un filoso cuchillo y le asesté profunda puñalada en el cuello que casi la degolló. 

Luego, señaló en su misma declaración, “la subí a la mesa y aun cuando todavía estaba con vida, le corte una de sus piernas y comencé a destazarla; la baje al sótano y ahí termine de destazarla, le corte la cabeza, el cuero cabelludo y la piel como si fueran bisteces, pues sabía de esto, ya que en algún tiempo fue carnicero: las tripas y sus órganos los metí en dos cubetas”.

Luego de ello, el presunto feminicida explicó que cerro perfectamente la puerta del sótano de su casa y después siguió con su vida con toda normalidad como si nada hubiera pasado.

Explicó que conoció a Reyna “N” hace tres años, pues ella tenía un negocio de teléfonos celulares y accesorios para teléfonos y él regularmente la visitaba para realizar recargas.

A partir de ese momento, agregó, comenzó una gran amistad con Reyna y esta le tenía gran confianza al grado de que le confesó que su esposo la engañaba con otro hombre y que deseaba vengarse y fue así como comenzó la relación con él.

En la carpeta de investigación que consta de casi 100 hojas, el presunto feminicida, dijo, que esa misma noche del jueves 14 de mayo, cuando privó de la vida a Reyna, alrededor de las 8 de la noche, su esposo llego a su casa, ubicada sobre la calle de Margaritas, en la colonia Lomas de San Miguel, para preguntarle por ella, pues antes de que desapareciera su mujer le habló por teléfono para avisarle que iba a ir a la ciudad de México para comprar mercancía para su negocio y que él la iba a acompañar.

Sin embargo, indicó, aunque ya la había matado, en todo momento le dijo al esposo que no sabía nada de ella y que incluso no la había visto.

Sin embargo, como fueron varias las personas que vieron a Reyna acompañada de él y entrar a su domicilio esto entre las 11 de la mañana y la una de la tarde, antes de que desapareciera, entre las que figuraban dos de sus inquilinos y una de las hermanas de la occisa, el esposo regresó de nueva cuenta a la casa y en esta ocasión le exigió que lo dejara entrar para buscarla y cerciorarse que en verdad no estaba, lo cual hizo junto con la misma hermana de Reyna.

EL HALLAZGO DE REYNA

Después de esto, dijo el septuagenario, todo quedó al descubierto pues de entrada en su recámara el esposo encontró la bolsa y la ropa de Reyna, luego al bajar por unas escaleras de madera y entrar al sótano encontró el cuerpo descuartizado de su mujer, por lo que de inmediato subió para reclamarle y posiblemente hasta matarlo, pero ya no pudo hacerlo, pues al darse cuenta que, ya había sido descubierto, salió corriendo por el pasillo y se dio a la fuga.

DECLARÓ QUE COMETIÓ OTROS CUATRO CRÍMENES DE MUJERES

En sus mismas declaraciones, el presunto feminicida dijo que la primera mujer que asesinó fue hace 20 años y que se llamaba Karen o Perla, a quien privó de la vida y descuartizo porque le sacaba mucho dinero y no cumplía con sus exigencias.

Diez años después, agregó, de igual forma asesinó y descuartizó a una mujer, a quien identificó como Berenice “S”, a quien sacó de un Bar conocido como Marinela y la llevó a su casa para tener relaciones sexuales.

Lo mismo, señaló, sucedió con otras dos mujeres, a quienes identificó como Alín y Flor y que sacó de un bar conocido como El Barrigón y a quienes también asesinó y descuartizó, a estas mujeres, dijo, porque se burlaron de él y pusieron en entredicho su hombría, además de que pretendieron dejarlo, a pesar de que ya les había pagado “por sus servicios”.

Dijo que a todas estas mujeres las sepulto en su casa, a algunas en la cocina y otras en las recámaras.

En sus mismas declaraciones, el presunto feminicida serial, dijo que al momento en que asesinó y descuartizó a sus víctimas las videograbo e indicó que sus ropas, bolsas y zapatos los guardo y sus nombres los dejó escrito en unas libretas “para recordarlas”.

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