Y en verdad ¿aceptamos vivir en la pobreza? ¿Aceptamos no tener bienestar? ¿Aceptamos ser pobres porque si? ¿Aceptamos no tener aspiraciones? ¿Aceptamos quitarle al que tiene solo por ser pobres? ¿Somos pobres por destino? ¿Somos pobres por corrupción? ¿Somos pobres por dedazo? ¿Somos pobres sin ambiciones? ¿Somo pobres por ideología? ¿Somos pobres por soberbia? ¿Somos pobres porque queremos ser pobres? ¿Somos pobres por abandono espiritual? ¿Somos pobres por ser simplemente mexicanos?
Los datos. En la lista de 2500 personas más billonarias del mundo, 40% corresponde a empresarios norteamericanos ubicados en los primeros 500 puestos. 32% en los primeros 1000 y 31% en la lista total. Lo interesante es que 15% son empresarios del sector tecnológico, donde 7 ocupan los 10 primeros lugares con una suma de 530 billones de dólares. Para el caso de México, la participación de los empresarios en la lista total es menor de 0.5%. Para el tema de participación empresarial del sector tecnológico, mejor ni hablamos. Somos paupérrimos en el tema. Qué triste.
El modelo. La distribución de negocios en México para generar “riqueza” está 70% dedicada a la venta y compra de bienes y servicios de comercio y financieros, pero no generación de valor. Esto confirma la inexistencia del desarrollo de tecnología mexicana. 30% contempla sectores manufactureros como el automotriz, alimentos, siderúrgicos, químicos, en donde coexisten empresarios de primer orden y esto es sobresaliente. Pero no es suficiente. Debemos ser aspiracionistas creando nuevos empresarios o ser nuevos empresarios para los sectores que faltan desenvolver y así crecer la riqueza en nuestro país y en la región de Norteamérica, y esto es lo importante. La oportunidad está presente. ¿Qué nos falta?
Las contradicciones. México está ubicado en la región de mercado de negocios más grande del mundo. Sin embargo, aun cuando estamos físicamente con frontera con el vecino más poderoso económicamente, no tenemos el progreso, desarrollo, innovación, tecnología, aspiración, bienestar y riqueza en nuestro querido México. Pareciera que pensar en el bienestar y crecimiento económico es malo y sucio. Sí lo es cuando existe la concupiscencia y la corrupción del alma cuando se pone primeramente lo material, el desorden y la soberbia, dejando de pensar en nuestros hermanos mexicanos. Incluso es tan grande la soberbia que se desea solo tener todo el poder, acumulación de riqueza y el control a través de crear pobreza y esclavitud desviando las aspiraciones propias de cada mexicano trabajador. Y esto no es aceptable. Aceptar ser pobres, no buscar aspiraciones y admitir que estamos en esta situación porque así debe ser, es simplemente corrupción espiritual. Y esto no es admisible.
La tecnología. El modelo de colaboración, integración y progreso de la región de Norteamérica tiene un solo lenguaje llamado “transformación tecnológica y digital”. Las oportunidades son tantas como: la fabricación de dispositivos electrónicos, microprocesadores, autos eléctricos, energías limpias, fábricas inteligentes “divirtualigentes”, sistemas autónomos, ciudades inteligentes, sistemas financieros independientes, política inteligente, tecno-salud, digitalización total y otras aplicaciones fomentan el bienestar y la riqueza. La pobreza se combate solo con la generación de bienestar y en este caso es mediante la colaboración con nuestros vecinos de la región. De nuevo, la tecnología, como herramienta de cambio productivo, económico y social está siempre presente en el desarrollo de nuestra sociedad y colaboración a través de la sabiduría y conocimiento del máximo para beneficio de todos nosotros y, esto es lo importante. “Viva México”.
Octavio Fernández, PhD.
@admexusI4_0
