No habrá fuerte cierre de la economía en el 2023. Autor: Arturo Huerta González

El Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) del Inegi reporta un crecimiento anualizado a septiembre de 2023 de 3.7% respecto a septiembre de 2022. Y del tercer trimestre del 2023 respecto a igual periodo del 2022 de 3.3%. Por su parte, el Indicador Oportuno de la Actividad Económica del Inegi reportó que en octubre hubo un aumento de 2.9 por ciento de la actividad económica en el país, en relación con elmismo mes del año anterior. Hay que señalar que el Inegi reportó que las ventas minoristas, que es el principal indicador del consumo, reportaron una caída en septiembre de 0.2 % con respecto a agosto, su tercer mes consecutivo de caída. Ello se da como resultado de las altas tasas de interés que encarecen el crédito, lo que frena el consumo y la inversión. A ello se suma los recortes presupuestales que disminuyen el crecimiento de la demanda y por ende el consumo.

No se presentan perspectivas de crecimiento del mercado interno y del mercado externo para que se cumplan las expectativas de crecimiento entre 3 y 3.5% de la economía nacional para el 2023. El crecimiento mostrado en los primeros tres trimestres del año fue explicado sobre todo por el aumento de las exportaciones a Estados Unidos. El problema es que dicha economía muestra problemas de desaceleración. En octubre la demanda de manufacturas cayó 5.4%, lo que evidencia el efecto negativo que sobre la actividad productiva está ocasionando el alza de la tasa de interés, como la apreciación del dólar respecto al yuan, al yen y al euro. A ello se suma que los pedidos de equipos de transporte cayeron 14.8% en octubre respecto a septiembre y los pedidos de aviones civiles disminuyeron en 49.6 en octubre respecto a septiembre, como consecuencia de la desaceleración de la economía mundial. Los próximos meses y el 2024 reflejarán desaceleración de la economía mundial y nacional, y ésta por depender de exportaciones y no tener política económica a favor del crecimiento, ni para contrarrestar los efectos negativos que la economía internacional ocasiona sobre la nuestra.

Por su parte, Banxico sigue sufriendo con la inoperatividad de su política monetaria para bajar la inflación a 3%. En la minuta publicada el 23 de noviembre, la Junta de Gobierno adjudica dicho problema a “una actividad económica resiliente; la posición cíclica de la economía se encuentra en terreno positivo; el mercado laboral se mantiene apretado; persistencia de la inflación subyacente y la inflación no subyacente se mantiene con tendencia al alza”. Tal postura evidencia que ellos están en contra del crecimiento económico y del alto empleo, que para ellos evita que la inflación baje a su objetivo de 3% y de ahí que siguen manteniendo la alta tasa de interés de 11.25% para frenar la economía e incrementar el desempleo para bajar salarios y la demanda y las presiones sobre precios. Banxico es incapaz de compatibilizar crecimiento económico con baja inflación, por lo que opta por mantener la alta tasa de interés para frenar la actividad económica (la cual tiene un crecimiento de 0.6% promedio anual en estos 5 años de gobierno) y la demanda, y a pesar de ello no logra su objetivo de bajar la inflación. Persiste la inflación subyacente (la que excluye los precios de los bienes volátiles) en 5.31% y además reconocen que la inflación no subyacente se mantiene al alza. El hecho de que la inflación persista es debido a los rezagos productivos internos que prosiguen en la economía nacional, debido a la alta tasa de interés y la austeridad fiscal que actúan contra la inversión productiva. A ello se suma el hecho de que las empresas no están invirtiendo las altas ganancias que están obteniendo por el alza de precios, sino que optan por transferir dichos excedentes al sector financiero dado el mayor rendimiento ofrecido y porque no está creciendo el mercado interno.

Si la inflación ha bajado de niveles de 8.7% en septiembre del 2022 a 4.3% en la primera quincena de noviembre de 2023, no ha sido por la política monetaria adoptada por Banxico como ellos señalan, sino por la desaceleración de la inflación a nivel mundial debido a la recomposición de las cadenas productivas y de suministro, que ha incidido favorablemente en el país. El problema es que al persistir los rezagos productivos internos seguiremos sin tener oferta nacional para satisfacer la demanda, lo que presiona sobre precios e importaciones.

Según Banxico la inflación va a converger a la meta de 3% hasta el segundo trimestre del 2025, por lo que, si mantiene alta tasa de interés hasta ese entonces, la economía seguirá en estancamiento con inflación, además de aumentar los problemas de insolvencia, que restringirán la disponibilidad crediticia y terminarán desestabilizando al sistema bancario y a la economía.

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