¿Lo qué hace la UNAM con el
presupuesto es lo correcto?
La Universidad Nacional Autónoma de México exhortó al Legislativo a modificar el presupuesto que tendrá la institución en 2019, pues implicaría un recorte de más de 2% a sus recursos (el recorte no llega al 6% que se dice en las redes sociales), según el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación entregado por el gobierno al Legislativo. ¿Será justo darle a la UNAM más presupuesto? ¿Se lo ha ganado? ¿Por qué no le alcanza a la UNAM con más de 40 mil millones de pesos del dinero del pueblo?
Es innegable la aportación de UNAM a cada una de las áreas del desarrollo de México a través de sus egresados e investigadores. La aportación a las artes, a la cultura, a la ciencia, a la tecnología y a la construcción del conocimiento universal. La Universidad ha crecido durante los más de 50 años de su fundación en propuesta académica, en investigación y desarrollo, en un país estancado por la corrupción. Desde mi punto de vista la UNAM tiene un problema estructural de raíz en tanto que el modelo y sus resultados no corresponden a lo que necesita una nación en desarrollo.
Más allá de un análisis profundo de todo lo que está pasando al interior de la Universidad, me permito comparar a la UNAM con la Universidad de Chile, porque las dos son públicas y funcionan con dinero del pueblo.
La Universidad Nacional Autónoma de México ocupa el octavo lugar en excelencia académica de las universidades públicas de Latinoamérica; su presupuesto es de más de 43 mil millones que equivalen a 2 mil 150 millones de dólares.
– Tiene 350 mil alumnos;
– Tituló a 30 mil alumnos (eficiencia terminal del 8.5 %);
– Tiene 1 docente por cada 8.6 alumnos;
– Tiene 1 administrativo por cada 15 alumnos
– Cada alumno cuesta anualmente 6 mil 158 dólares
– Cada titulado cuesta 71 mil 753 dólares.
– 61 por ciento del presupuesto se usa en salarios;
– Un docente gana en promedio 850 dólares al mes.
La Universidad de Chile ocupa el primer lugar en excelencia académica de las universidades públicas de Latinoamérica, su presupuesto es de 2 70 millones de dólares.
– Tiene 40 mil alumnos;
– Títuló a 20 mil alumnos (eficiencia terminal del 50%);
– Tiene 1 docente por cada 8.4 alumnos;
– Tiene un administrativo por cada 42 alumnos;
– Cada alumno cuesta anualmente $2 mil 625 dólares;
– Cada titulado le cuesta 5 mil 240 dólares;
– 42 por ciento del presupuesto se usa en salarios;
– Un docente gana en promedio 1mil 700 dólares al mes.
Más allá del comparativo es obvio que algo anda mal cuando el salario del Rector de la UNAM es de 178 mil pesos mensuales (el del IPN gana 192 mil). El rector y sus secretarios, asesores, el abogado general, el contralor, y el secretario general pasan los 170 mil de sueldo al mes; no es “normal” que el secretario particular del rector gane casi 130 mil pesos al mes, es decir 20 mil pesos más que el Presidente de la República.
El presupuesto de egresos presentado al Legislativo, considera por primera vez en mucho tiempo un incremento a la inversión en educación, en 2.9 por ciento en relación al presupuesto de 2018. Si consideramos que en 2017 bajó 8.9 por ciento, esto no es nada, pero por lo menos se detuvo la inercia de las últimas administraciones a la baja y falta mucho para llegar al mínimo recomendado por la UNESCO de 1% del Producto Interno Bruto.
La incorporación del “Sistema de Universidades Públicas Benito Juárez García” con 100 universidades públicas en las regiones pobres del país, y las becas para su funcionamiento, así como la asignación de becas a los estudiantes de educación media, el incremento sustancial al salario mínimo anunciado hoy a 176.72 pesos en la frontera y 102.68 a los demás, son un buen comienzo para lo que necesitamos en la construcción de la justicia social que tanta falta hace. El incremento significativo a trabajo y previsión social de más de 900%, el incremento al desarrollo agrario, y el programa de bienestar son fundamentales, pero lo más importante, es cómo se aplica ese recurso, eso es lo que nos corresponde vigilar a todos, porque es dinero del pueblo.
No defiendo el recorte presupuestal a las instituciones de educación superior existentes que dependen del Estado, creo que en lugar de incrementar 116 % el presupuesto en turismo o 11.3% el presupuesto en defensa nacional, se debiera invertir en educación.
Pero es urgente auditar económica, administrativa y académicamente a toda la educación superior pública de México. Revisar por ejemplo el uso de los recursos de los institutos tecnológicos para fines electorales como hasta ahora ha sido, redefinir las prioridades presupuestales, revisar los modelos administrativos y académicos y evitar que un rector tenga gastos suntuosos y gane más que el Presidente, como si su responsabilidad fuera superior.
La opinión de todos es fundamental, sobre que se considera más importante para el futuro de la educación superior en el país: Crear más universidades en comunidades hasta ahora abandonadas o darle más presupuesto a las instituciones existentes, para que sigan haciendo lo mismo que han estado haciendo. Ahora queda en manos del Congreso de la Unión decidir el rumbo del dinero del pueblo para este 2019 donde esperamos un poco de justicia.
La vida y la matria son y deben ser una construcción consciente.
Iván Uranga