Libres al fin pero estigmatizados, los 17 acusados por terrorismo en Cuerámaro

Foto: Edith Domínguez.

Algunos perdieron el trabajo, todos deben dinero, pero ahora podrán reiniciar su vida; del convenio pactado entre su defensa, encabezada por abogados de la Secretaría de Gobierno, y la Fiscalía, nada se sabe.

Por: Edith Domínguez de POPLab.

“El gobierno es cabrón, si no eres culpable, hace que lo seas”, platicaban entre sí los abuelos, padres, hermanos y amigos, mientras esperaban por 5 horas y 5 minutos entre el polvo y las piedras, bajo los rayos del sol. Aguantaron el hambre a un lado de la puerta de la salida del Cereso de Irapuato. Aguantaron porque querían ver, abrazar y besar a sus 15 familiares que fueron detenidos por policías estatales y acusados por la Fiscalía General de Guanajuato de “terrorismo” en Cuerámaro.

A 26 kilómetros de Irapuato, afuera del Cereso Mil de Valle de Santiago, Fabiola y Laura esperaban ser liberadas, sus madres estuvieron ahí para recibirlas, entre todos se cooperaron, en un camión y autos particulares se movilizaron, estaban dispuestos a todo, aunque ello significara que gastaran sus últimos pesos esperando la justicia, justicia que llegó a medias, platicada y condicionada entre las autoridades, pero el 17 de febrero no hay un sabor de victoria para autoridades o los ciudadanos de Cuerámaro.

El reloj que recibe a todos los asistentes a los juzgados del Poder Judicial en Irapuato marcaba las 09:15 del lunes 17 de febrero, las dos mujeres también acusadas de terrorismo, recluidas en Valle de Santiago llegaron en la patrulla GTA470A1 de la policía estatal a la hora pactada. Los 15 hombres internados en el Cereso de Irapuato llegaron tarde, no se dijo por qué, la juez dictó un receso por 10 minutos mientras llegaban, después que decretó una vez más la audiencia privada a petición de los abogados que representan a la Fiscalía General y secundados por los abogados de la Secretaría de Gobierno que representaban a los detenidos, no querían prensa, ni testigos del convenio previo pactado, la audiencia solo era un trámite.

Antes de las 10:00 horas llegaron los familiares de los 17 detenidos, los acompañó la señora Rosa Ávalos y su esposo Juan, los padres de Juana Michel y Rosa Isela, las dos hermanas de 16 y 13 años a quienes Juan de Dios, su compañero de secundaria, la noche del 24 de noviembre del 2019 les quitó la vida junto a Zicry y María Teresa, ambas de 14 años, todas eran amigas, al atropellarlas en calles de Cuerámaro, presuntamente porque una de ellas “no le hizo caso”.

Rosa y Juan se hicieron presentes apoyando a los amigos, porque “su dolor” fue lo que movió a decenas a pedir justicia en esa marcha del 27 de noviembre, tres días después del asesinato, con resultados que la gente de Cuerámaro no olvidará.

Foto: Edith Domínguez.

La audiencia se alargó, a las 13:30 Fabiola y Laura esposadas de sus manos y escoltadas por policías estatales pasaron frente a los representantes de los medios que esperaban en las bancas, las subieron a la patrulla, misma unidad que compartieron con un joven que estaba esposado de pies y manos, a su paso ellas mostraban una ligera sonrisa, a pesar de tener 83 días retenidas, al pasar frente a sus familiares y amigos que esperaban afuera del juzgado sus miradas se encontraron. Ahí ya había desconcierto por saber que había pasado, ¿eran culpables o no?, ¿las dejarían libres?, pero la juez ya había dictado sentencia a ellas y a 14 hombres por “terrorismo”, por el buen comportamiento y no tener “mancha” en su expediente, les concedió la suspensión condicional y por 6 meses “deberán portarse bien”, acudirán una vez por mes a firmar al juzgado y si en ese plazo no infringen ninguna ley, quedarían libres de toda culpa, pero debieron pagar 48 mil 916 pesos entre todos a más tardar el 18 de febrero.

Para esa hora los niños y personas adultas estaban cansados pero no se movían, entre ellos hablaban “nos acorralaron, no son culpables”, en la Sala 2 de los juzgados la audiencia seguía con José, el detenido número 17, el único que tuvo un juicio abreviado y se vio obligado a aceptar los cargos por el mismo delito; una hora después, la juez le dictó semilibertad condicionada, con una pena privativa de libertad de 3 años, el mismo tiempo que deberá realizar trabajo en favor de la comunidad, además de pagar una multa de no más de 900 pesos y se le negaron los beneficios de ley, porque según “tenía una mancha en su expediente” de años atrás y no se le pudo dar el mismo trato que a los 16, aunque no se dijo qué delito fue.

A las 14:10 la audiencia terminó, los defensores de los 17 no quisieron declarar, la victoria en sus caras no se reflejaba, en voz baja se acercaron a Juan y le pidieron que pasara un familiar por detenido a la subfiscalía, a puerta cerrada les informaron la resolución, 35 minutos después los familiares salieron, pero esta vez no quisieron dar entrevistas, después algunos confirmaron que sus abogados les dijeron que ya no dieran entrevistas. Entre sus bolsas de los pantalones y carteras sacaban las monedas de a peso, de 10 y billetes de 200, juntaban los 3 mil 60 pesos que debían pagar de multa los 16, dos señoras confirmaron pidieron prestado porque ya les habían dicho que debían de pagar entre 3 y 4 mil pesos, unos corrieron a pagar para ya no volver a regresar, el resto se plantó en la puerta de salida del Cereso de Irapuato, sus semblantes cambiaron.

Las mujeres accedieron a dar entrevistas, mostraban su felicidad de en horas poderabrazar a sus hijos, a sus nietos, “aunque sea de limosna, pero vamos a pagar” dijo J. Manuel Ontiveros, abuelo de Carlos Manuel, quien no estaban de acuerdo en la multa, pero cumplirían.

Foto: Edith Domínguez.

Las progenitoras de Fabiola y Laura fueron trasladadas a las afueras del Cereso Mil de Valle de Santiago, ahí esperaban que las liberaran, el bebe de Fabiola la esperaba. Margarita, madre de Laura, consiguió prestado, “igual que todos”, esos 83 días se hizo cargo de sus 3 nietos.

La hermana de José Jaime estaba contenta porque saldría, aunque no conforme porque él tuvo que echarse la culpa, “no había de otra, si no se culpaban no salían” porque las pruebas y testigos que llevaron en las audiencias no se las aceptaron.

La prensa esperaba y hasta ella llegaban las pláticas:“ni Obama ha detenido a tanto terrorista”, seguidas de carcajadas.

En las afueras del Cereso de Irapuato, los rayos del sol penetraban la ropa y la piel, pero no importó, la barda perimetral del penal y las patrullas estacionadas sirvieron de respaldo, eran más las ganas de ver a sus hijos, dos mujeres cansadas cargaban y dormían a los niños en sus brazos, el suelo sirvió de sillón, una mujer embarazada esperó pero el cansancio y el calor no la venció, paradas por minutos se sostenían de la barda, cambiaban de pie, los años pesaban. Pocas mujeres corrieron con suerte: los trabajadores y comerciantes del lugar prestaron tres sillas y tres bancos, se turnaban, los hombres caminaban de un lado a otro, pasaban de las 17:00 horas, la vista no apartaban del portón, pero solo borrachitos entraban, algunos hasta saludaban.

El sol se metió, el hambre caló, los dorilocos, sopas instantáneas, churros, mazapanes y refrescos fueron la mejor opción, más de alguna aguantó el hambre el dinero no alcanzó, lo que tenían en estos 83 días poco a poco se acabó.

Foto: Edith Domínguez.

El humo del cigarro acompañó los pensamientos de los hombres y se impregnó, el fastidio en sus miradas no se ocultó, entre ellos platicaban “pinche justicia”, “pinche gobierno, es cabrón, si no eres culpable, hace que lo seas”, alguien gritó a las 18:40 “ya vienen”, todos corrieron, pero los detenidos que salieron no los reconocieron, volvieron al suelo.

Nueve horas aguantaron, a las 19:05 los 15 hombres cruzaron el portón entrando a la “libertad” bajo presión, las madres, padres, abuelos y hermanos corrieron, buscaban a sus hijos, al verlos los abrazaron y juntos lloraron. Laborina por fin pudo abrazar a su hijo, quien fue maltratado en el interior del Cereso por los internos, le robaron su ropa, lo dejaron desnudo, otro detenido de Cuerámaro le prestó su ropa.

Los ahora libres no saben qué pasará con el delito de terrorismo, tampoco hubo versión oficial, pareciera que a los del gobierno les preocupara que el convenio de la Secretaría de Gobierno con las familias de los 17 los puedan hacer quedar mal porque debían poner “un castigo ejemplar”, aunque no les importó que muchos fueran inocentes, inocentes que al salir brotaron sus lágrimas, algunos perdieron trabajo, deben dinero que no tienen y deberán iniciar otra vez.

Foto: Edith Domínguez.

Calla la Fiscalía ante liberación inicial de Juan de Dios

Después de tres meses de los hechos, las preguntas siguen: ¿Juan de Dios iba acompañado por otros menores?, ¿estaba ebrio?, ¿qué lo orilló a atropellarlas? ¿Y por qué la Fiscalía General de Guanajuato no habló de su omisión?

La noche del 24 de noviembre de 2019, a las 20:30 horas Juan de Dios alias “El bombón” presuntamente acompañado de otros menores en la camioneta roja atropelló y asesinó en el lugar a tres adolescentes, la cuarta menor feneció cuando recibía atención médica. El responsable huyó.

A las 23:00 horas de ese mismo día, una llamada a la comandancia solicitó apoyo policial por una riña en la casa de Juan de Dios. Al llegar los policías, el menor salió entre los sembradíos de un costado de su casa sin camisa y agredió a los policías. Lo detuvieron por el delito de agresión a la autoridad, previo a ello, varios ciudadanos trataron de detenerlo, pero se escondió, la población lo señaló como presunto responsable del múltiple asesinato.

Foto: Archivo de POPLab.

De acuerdo a un testigo presencial, al ingresar esa noche, a Juan de Dios le hicieron las pruebas de alcohol, que resultaron negativas. Los policías reportaron por teléfono a la Fiscalía General el ingreso del menor y los hechos que le imputaban.

En la madrugada, los padres de las cuatro menores asesinadas habían acudido a la fiscalía a presentar denuncia, porque incluso la alcaldesa Ana Bueno habló por teléfono con algunos de ellos y se comprometió “a no dejarlo salir”, pero que presentaran la denuncia.

A las 09:00 de la mañana del 25 de noviembre, es decir casi 12 horas después del asesinato, la abogada del menor se presentó en la Dirección de Policía y de ahí la enviaron a la fiscalía, pero los funcionarios de Carlos Zamarripa le dijeron que no estaba detenido, que no había carpeta de investigación, a pesar de que por oficio se debía iniciar. La abogada regresó a barandilla, pagó la multa y se llevó a Juan de Dios.

Dos días después, el 27, se realizó la marcha para exigir justicia, la cual inició a las 17:00 horas, en Cuerámaro solo había 20 policías de las fuerzas del estado del Mando único, los cuales fueron insuficientes para controlar a las más de 500 personas que se manifestaron, marcha en la que algunos aprovecharon y causaron destrozos y daños. Entre las 19:30 y las 20:00 horas fue que llegaron los refuerzos estatales y hasta entonces se originaron en su mayoría las detenciones.

La juez calificadora fue despedida por el municipio.

Apenas dos días antes de la audiencia definitiva de los 17 detenidos, Juan de Dios fue finalmente capturado, informaron de su detención el 15 de febrero; ese mismo día fue vinculado a proceso. Familiares de las víctimas piden se revise que el acta de nacimiento presentada por la defensa sea la original y no le den una pena menor.

Las familias de las cuatro menores siguen esperando justicia. Juan, el padre de las dos hermanas y únicas hijas, Juana Michel y Rosa Isela, insistió en la renuncia de la alcaldesa Ana Bueno, pero por ahora la prioridad será el proceso contra Juan de Dios, que apenas comienza.

Este contenido es publicado por julioastillero.com con autorización expresa de POPLab. Prohibida su reproducción. Puedes ver el contenido original haciendo click aquí: https://poplab.mx/article/Libresalfinperoestimatizadoslos17acusadosporterrorismoenCueramaro
Comenta

Deja un comentario