“Era como una zona de guerra”: bombero narra su experiencia en el incendio de la Guardería ABC (nota de David Jaquez en OEM-Informex)

Foto: Anny Peñuñuri/OEM-Informex.

Ahora es jefe de guardia, pero en sus inicios como bombero vivió el 5 de junio de 2009, el caos, la desesperacion y los llantos.

David Jaquez | OEM-Informex.

Con aflicción en su mirada, el oficial Mario Alberto Aguilar León narró su experiencia tras haber participado en el servicio de rescate, el pasado 5 de junio del año 2009, donde un total de 49 niños perdieron la vida y 106 más resultaron heridos, en la guardería ABC.

El jefe de guardia manifestó que ese día se recibió el reporte de un incendio en un comercio dedicado a la venta de llantas, sin embargo, el humo era tan denso, oscuro y voluminoso que podía apreciarse incluso por encima del Cerro de la Campana.

“Cuando llega la primera unidad, que es la que andaba para el sector Sur, andaban para el lado del Palo Verde, si mal no recuerdo. A ellos los mandan para allá y cuando llegan y confirman que se trataba realmente de lo que es la guardería, salimos inmediatamente de apoyo, salimos de aquí en tres unidades, yo llevaba una de ellas”, explicó.

Acompañado de cuatro elementos a su cargo, se dirigieron a la dirección señalada en el reporte, lugar en donde estaba ocurriendo aquel trágico incidente.

“Ya estaba la otra unidad trabajando ahí, estaban policías, Cruz Roja y un mundo de gente trabajando, ya se habían hecho los famosos huecos, que se hicieron con un vehículo particular en las paredes y veíamos que entraba y salía gente con niños”, dijo.

Mario Alberto mencionó que los servicios donde está en juego la salud de algún menor, es algo muy doloroso para todo el personal, esto debido a que es inevitable pensar en su propia familia o por el hecho de ser niños.

“Era un caos vial, para llegar batallamos un poquito, porque estaba el tráfico muy pesado, era hora pico, iban a ser las 3:00 de la tarde, mi primera impresión era que parecía zona de guerra, parecía que habían bombardeado el edificio, estaba todo demolido en partes, gente entrando y saliendo, para mí era una zona de guerra”, afirmó.

Él no ingresó al inmueble, pues su labor era permanecer afuera para evaluar la situación, detectar riesgos y alistar el carro o el equipo que se pueda llegar a necesitar para sofocar las llamas.

“Lo que hice fue alistar el equipo de resucitación, equipo de oxígeno, para poder dar RCP, en este caso recibimos aproximadamente tres o cuatro niños, a los cuales una compañera, Aidé Tapia y un servidor, les dimos el RCP”, narró.

El tragahumo expresó que en días posteriores al lamentable evento y como parte de la salud mental del personal y parte de cerrar el círculo, acudió a una funeraria, donde tenían a uno de los menores que perdió la vida.

Detalló que vivir eso, dejó una marca en él, pues el ambiente fúnebre de la situación, lo volvió más sensible de lo que solía ser, pues tiene dos hijas, que en esas fechas tenían entre 9 y 5 años de edad.

“Afortunadamente tuvimos apoyo psicológico, vino un psicólogo y nos recomendó justamente esto, que platicáramos nuestra experiencia, que eso nos iba ayudar, afortunadamente sí salimos adelante”, externó.

El oficial contó que los trabajos iniciaron en punto de las 3:00 horas de la tarde y en su caso particular, hasta las 11:00 horas de la mañana del día siguiente, en los servicios de rescate y la extinción del fuego, el cual comenzaba a propagarse.

“En la bodega contigua es donde estuvimos trabajando bastante tiempo, a las 3:00 hasta las 11:00 de la mañana me desocupé yo. Paso por ahí y yo mismo lo bloqueo”, indicó.

Aguilar León añadió que esa experiencia lo ha enseñado a apreciar un poco más a su familia, principalmente a sus hijas y que de un momento a otro la vida se va y tenemos que disfrutar tanto a su familia, amigos, compañeros.

Invadido de nostalgia, recordó que habían elementos en el lugar que se desplomaron y parte de su trabajo era no hacerlo, pues una parte de la estrategia era de su coordinación, por lo que los ayudaba a levantarse y seguir en el servicio.

Con lágrimas en sus ojos y su voz quebrada por el sentimiento, añadió que muchos de los compañeros pensaban que habían hecho mal su trabajo o que pudieron haber hecho más, pero dijo estar consciente de que se hizo todo lo que se pudo, con el equipo que se tenía.

“El mensaje es, que tenemos que tener mucho cuidado y tenemos que estar siempre en contacto con nuestras familias y amigos, porque los accidentes pasan y tenemos que estar bien con todos para en el caso de tener una pérdida, tener en la conciencia de que todo estaba bien con ellos”, finalizó.

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