La dificultad económica en el poblado se ha agudizado aún más por la emergencia sanitaria
Víctor Cubillas/ OEM-Informex
El Golfo de Santa Clara hace 5 años pasa por una de sus peores crisis económicas en historia, la prohibición de la pesca de varias especies marinas ha ahogado al poblado y la implementación de la veda “temporal” no parece tener fin.
Ahora, se ha sumado otro ingrediente a esta situación de desastre económico, el Covid-19, que ha hecho que la gente del poblado no pueda vender lo poco que ha podido sacar del mar debido a que los mercados están cerrados y algunos se han mantenido a la expectativa de lo que va a pasar con la enfermedad en Asia (donde se encuentran los mercados principales de las pesquerías).
Las recientes temporadas de camarón y de curvina no arrojaron los resultados que los pescadores esperaban y eso los desespera mucho, ya que tenían muchas esperanzas que los aliviaran un poco de la situación por la que atraviesan.
El exregidor Agustín Sánchez Osuna informó que apenas algunos negocios mantienen sus puertas abiertas, primero les pegó el cierre de la pesca y luego la pandemia.
“Fueron muy pocos los que fueron compensados por la veda, la mayoría quedó muy mal y ahora con la pandemia fue otro golpe muy fuerte”.
Recordó una situación similar que se dio en 1988 en el camarón, un virus provocó una escasez de producción.
Además, externó que a pesar de esto el crustáceo se adaptó a la situación imperante, sobrevivió y se repuso luego a los cinco años.
Expresó que se han quedado en casa por el temor a contagiarse, pero hay quienes salen a la calle con la necesidad de obtener recurso para llevar a sus casas, con el miedo de contraer la enfermedad.
Indicó que a pesar de la situación, la población del Golfo, la gran mayoría, está de acuerdo en quedarse en casa, prácticamente el 100%.
“Solamente salen para adquirir lo básico, pero la mayor parte del tiempo se quedan en sus casas, por eso creo que es poca la incidencia de la enfermedad aquí”.
Comentó que el poblado era de los que vivía de la pesca y el turismo y la gente que visitaba el lugar consumía mucho y dejaba una derrama económica importante; se tenía un promedio de 300 mil visitantes por año y ya no los hay.
“Incluso, en las casas se hacía un pequeño comercio, ya que los visitantes compraban pescado ahí y de esa manera se mantenían, pero eso se ha terminado”.
HAY MOVIMIENTO, PERO POCO
Por su parte, la exdelegada del Golfo, Martha Camacho, expuso que la vida en el poblado poco a poco se ha desarrollado de manera normal, aunque tomando las debidas precauciones de salud.
“No es el movimiento de otros años, pero hemos visto que los mercados chicos han aprovechado y adquieren producto, la gente ha salido a pescar y hay personas que están interesados en comprar”.
Dijo que si bien en los mercados grandes, como México y Estados Unidos, se encuentran cerrados y eso dificulta un poco la situación, pero los pequeños comerciantes sí aprovechan.
Además, precisó que lo bueno es que no ha salido un caso de Covid-19 y eso ha ayudado a que la situación sea menos caótica.
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