El Espejo | La Guerra Sucia y el expediente secreto hippie en México. Autor: Iván Uranga

“Cuando me preguntaron sobre algún arma capaz de contrarrestar el poder de la bomba atómica, yo sugerí la mejor de todas: La paz”
-Albert Einstein

La Guerra Sucia en México fue una guerra de baja intensidad que implicaba un conjunto de medidas de represión militar, policiaca y política del gobierno, que comprendió el periodo de 1965 a 1990 encaminadas a disolver a todos los movimientos de oposición política, social y armada contra el Estado mexicano, fue de carácter selectivo, por lo que usó un masivo sistema de espionaje coordinado desde las instituciones y la Presidencia de la República a través de su Secretaría de Gobernación y la Procuraduría General de la República, que infiltraron movimientos, escuelas, universidades, barrios, sindicatos, religiones, centros laborales y todo aquello que desde su muy corto criterio significaba un riesgo para el Estado y para garantizar la total hegemonía política del Partido Revolucionario Institucional (PRI), todo con la cobertura de una prensa cómplice del gobierno.

Durante este periodo surgieron diversos movimientos integrados por jóvenes, mujeres y hombres valientes que enfrentaron desde diferentes trincheras al gobierno represor dando sus vidas, mientras algunos otros que ahora gobiernan, solamente se adhirieron al PRI-Gobierno, pero eso es otro tema que abordaré en otra entrega; lo que ahora quiero contar de ese periodo únicamente es lo encontrado en los expedientes que fueron secretos durante décadas y que ahora se encuentran a disposición para consulta en el Archivo General de la Nación (AGN), en donde se puede constatar la absurda suposición del gobierno, de pensar que todo movimiento juvenil era un riesgo para su permanencia, a tal grado que le tenían miedo a los hippies, los practicantes de yoga y hasta a los hare krishnas.

Movimiento hippie

El movimiento hippie surge como respuesta de los jóvenes norteamericanos a la Guerra Fría y la invasión a Vietnam, en donde el poderoso ejército de Estados Unidos fue derrotado, por lo que la juventud cansada de ver regresar a sus amigos en miles de féretros, rechazaron toda forma de violencia y se revelaron pidiendo amor y paz al mundo. Consumían drogas, con frecuencia alucinógenas y practicaban el amor libre bajo su interpretación de la filosofía Zen; se convirtieron en una resistencia a la cultura oficial. Se caracterizaban con sus vestimentas holgadas y coloridas, simulando las vestimentas de India, (aunque la palabra «zen» es la abreviación de zenna, que es la pronunciación japonesa de la voz china 禪那 (chánnà), que a su vez proviene de la palabra sánscrita dhyāna, que significa ‘meditación’).

Este movimiento tiene sus orígenes en la década de los sesenta, y propiamente se desarrolló en las ciudades de Berkeley y San Francisco del estado de California, Estados Unidos de América, hasta expandirse a todo el mundo occidental. Las principales características de este movimiento, se enmarcaron en la libertad del individuo, el amor colectivo, el pacifismo y el antiautoritarismo.

Acciones como el consumo de sustancias alucinógenas y depresoras como el ácido lisérgico (LSD), los hongos, la mariguana y los opioides, fueron considerados actos de rebeldía y liberación. Asimismo, la libertad sexual y el poliamor buscaban romper con el paradigma social de las relaciones monógamas y heterosexuales.

El movimiento hippie también propició la evolución de la música popular, en especial el género rock que comenzó a experimentar nuevos estilos como el rock psicodélico que nació a partir del uso de sustancias como elemento de inspiración artística. Las aglomeraciones que se lograron observar en los festivales de rock, como Verano del amor (1967) y el Festival de música y arte de Woodstock (1969), fueron muestra del gran impacto que tuvo este movimiento dentro de la música de los años 60.

Una de las posiciones del movimiento hippie que más impacto social tuvo fue su contundente rechazo a la Guerra de Vietnam bajo el lema y el símbolo de “Amor y paz” o “Haz el amor, no la guerra”. Con estas banderas, una gran cantidad de jóvenes se manifestaron y movilizaron contra el discurso y prácticas bélicas sostenidas por Estados Unidos de América, contra el comunismo y contra toda actividad social y política considerada cercana, en el contexto de la Guerra Fría.

El famoso símbolo de amor y paz fue creado durante los años 60 por Gerald Holtom, un artista británico, diseñó el emblema o logo para la campaña de desarme nuclear en el Reino Unido y ha sido una de las marchas antinucleares más grandes de la historia. Según el creador del símbolo, es el resultado de unir las letras «n» y «d», nuclear disarmament (desarme nuclear en español, tan necesitado en estos tiempos).

Los xipitecas

Jipitecas o xipitecas fue la forma acuñada para referirse a los jóvenes que mexicanizaron el movimiento hippie en nuestro país, porque aquí el hippismo se mezcló con la apropiación de rasgos de las culturas originarias llamado indigenismo, moda impuesta por personajes como Frida Kahlo. Pretendiendo “revalorar” el pasado se les podía ver vistiendo sarapes, huipiles y rebozos mezclados con sus prendas copiadas de los hippies norteamericanos.

Como eran diferentes, el gobierno, desde su miedo, después del movimiento estudiantil de 1968, todo tipo de grupos juveniles podrían ser un riesgo potencial para la seguridad nacional del país y en 1969 el gobierno se dio a la cacería de los hippies: El sábado 4 de enero de 1969 a las nueve y media de la noche se realizó una obra hippie que por orden del procurador general de la República, Julio Sánchez Vargas, que fue el mismo que ejercía durante la masacre del 2 de octubre de 1968, todos los asistentes a la obra fueron investigados, porque según informe “durante la obra, simularon actos sexuales, y fumaron mariguana, los actores llevaban pelo largo y las pancartas decían: Alcohol mata, la mota no mata; La policía fuma mota; Habrá mota en la luna y Fume Acapulco Gold”. Sánchez Vargas después fue premiado como ministro de la Suprema Corte de Justicia por López Portillo durante su presidencia.

La Dirección Federal de Seguridad era los espías, policías, torturadores, verdugos y los responsables de desaparecer a los detenidos. En los registros ahora abiertos del Archivo General de la Nación podemos ver que en 1975 confiscaron y robaron correspondencia, cartas, propaganda de los hare krishnas. Incluso fueron espiadas clases de yoga, en la colonia Anzures en la Ciudad de México, porque según los archivos creían que esta y otras organizaciones eran “cultos” y Luis Echeverría, presidente de México de verdad les temía, por lo que el Estado mexicano mantuvo estrecha vigilancia sobre las personas que formaban parte de estas formas culturales diferentes a la cultura oficial.

Foto: Jóvenes disfrutando de la música. AGN, Fondos Presidentes, Sección LEA-70-24, Exp 70.

Existen registros en el AGN de operativos y redadas en Yucatán en donde perseguían a los hippies como criminales, incluso existió un operativo llamado “Paraíso” encabezado por la Armada de México, destinado a erradicar a un grupo de hippies que vivían en “su paraíso” en las playas de Chenen cercanas a Puerto Progreso, en donde se inventó la historia de que había un barco hippie norteamericano cargado de armas con destino a Belice, por lo que los militares intervinieron, no encontraron armas, pero fue el pretexto perfecto para deportar a 12 hippies (no se especifica la nacionalidad), y para arremeter contra los que vivían en Chenen, de ese grupo solamente pudieron capturar a 3, dice el informe.

Después de esa acción, el gobierno de Mérida envió un telegrama al secretario de Gobernación, Luis Echeverría Álvarez, en el que agradecen el haber defendido la moral de la patria.

Avándaro

En México no existió un evento más representativo de esta llamada contracultura que el “Festival de Rock y Ruedas Avándaro” y es con mucho el festival cultural más grande de toda la historia del país.

El 11 y 12 de septiembre de 1971 se organizó el “Festival de Rock y Ruedas Avándaro” en Valle de Bravo, al que le decían el Woodstock mexicano, al que se dice que acudieron más de 500 mil jóvenes con lo que sería el más grande del mundo, superando a Woodstock por 100 mil asistentes. Por lo que la Dirección General de Seguridad (DGS) destinó un grupo de espías para averiguar qué tan peligrosos eran esos jóvenes para la seguridad nacional, se puede leer en el informe entregado que “El Festival de Rock y Ruedas dio principio a las 17 hs. Con el Conjunto Musical denominado “GRUPO SOCIEDAD ANÓNIMA” dentro de un ambiente en el que se dan exhibiciones de streap-tease, desnudos y relaciones sexuales, mismas que se realizaron a lo largo de los riachuelos, a una distancia aproximada de 500 metros de la explanada, en donde se celebra el festival.

Las líneas telefónicas quedaron definitivamente interrumpidas y serán reanudadas hasta el día de mañana”, remata la nota informativa de la DGS con lo que se comprueba que tenían absoluto control de las líneas telefónicas.

Uno de los casos más simbólicos fue el de una chica, que bailaba arriba de un camión de mudanzas que estaba a un costado del escenario, porque se quitaba la ropa. No fue la única que se desnudó, pero se convirtió en “la encuerada de Avándaro”, uno de los tantos mitos que dejó el festival más grande de rock jamás efectuado en México.

Durante muchos años se creyó que la mujer era Alma Rosa Gómez López, de 16 años y de Monterrey, porque un semanario de la época había publicado una supuesta entrevista con la joven. Pero tras revisar los expedientes de aquella noche, el periodista Federico Rubli encontró que en realidad se llamaba Laura Patricia Rodríguez González, tenía 18 años y era de Guadalajara. La Dirección Federal de Seguridad la había interrogado, después del festival, después de la violación y la tortura, el informe dice: “Concluimos que ella (Laura Patricia) no es un peligro para el régimen porque vive de la droga y del sexo en la zona rosa”.

Aunque el informe oficial dice que asistieron 220 mil personas, en mi experiencia concreta, durante cientos de marchas en las que participé, siempre los informes oficiales desestimaron los números reales de los participantes a menos de la mitad, por lo que concluyo que la cifra es mucho más cercana al medio millón de personas.

Según el informe “… tuvo una asistencia aproximada de 220,000 personas y una afluencia de 27,000 vehículos…… la drogadicción en jóvenes fue en grado superlativo, se calcula que un 70 por ciento de los asistentes consumieron drogas y se atendieron más de 500 jóvenes de ambos sexos por el excesivo consumo de drogas, respecto al otro 30 por ciento de los asistentes, consumieron drogas con moderación un 20 por ciento y el 10 por ciento restante ingerían bebidas embriagantes…”

También reportaron que “Durante el desarrollo del festival, ejecutaron canciones con títulos ofensivos como Prostituta y chingue a su madre… se podía apreciar un inmenso hongo de humo con olor desagradable producido por el exceso de consumo de la mariguana, así mismo al estarse presentando el conjunto musical Los Dugs Dugs, se presentó un joven ante los micrófonos y manifestó.

Jóvenes mexicanos no temamos y unámonos y fue retirado de inmediato por los organizadores, y empezaron a tocar músicas estridentes; se hace notar que uno de los organizadores de apellido DAVIS y Ayudante de LUIS DEL LLANO Jr. manifestó que al ser entrevistado por elementos de la Dirección de Gobernación destacados en ese lugar, le habían indicado que con objeto de calmar los ánimos, de los ahí presentes le llevarían un líder político y que le permitieran hacer uso de la palabra, al darse cuenta que las intenciones de esa persona fue retirado de inmediato”

La cultura hippie, a pesar de tener sus orígenes en la contracultura estadunidense blanca, se logró expandir a otras latitudes, entre ellas México, en donde los viajeros hippies desarrollaban una amplia admiración por las antiguas culturas, el chamanismo y el culto al hongo. No obstante, al igual que nuestro vecino del norte, el Estado mexicano consideró el movimiento hippie como una amenaza social, mismo que requería ser vigilado por la estructura de control y vigilancia del régimen autoritario de aquella época.

Gracias a los fondos documentales de la Dirección General de Investigaciones Políticas y de la Sección del Estado Mayor Presidencial del fondo de la Secretaría de la Defensa Nacional, ambos resguardados en el AGN, se puede conocer el seguimiento que las autoridades hicieron sobre los denominados hippies. Por ejemplo, desde 1969 el gobierno mexicano a través de la Secretaría de la Defensa Nacional había establecido el Plan Candado asignado al teniente coronel de infantería Macario Castro Villarreal, “Para informar a la superioridad sobre presencia de hippies”, 1971. AGN, Fondo Secretaría de la Defensa Nacional, Sección Estado Mayor, caja 246 / 77618/2, exp. 80-1963, f. 2. Y estaba destinado al combate de los plantíos de siembra y cultivo de cannabis, teniendo entre los principales sospechosos de esta práctica a los grupos hippies identificados por las autoridades mexicanas.

Aunque fue el pretexto ideal para reprimir a cualquiera que a los ojos de los militares pareciera hippie, como el grupo capturado el 18 de junio de 1971 por el general de división Luis R. Casillas Rodríguez, “Individuos sospechosos capturados, por viciosos, greñudos, practicar yoga y escuchar a los Beatles.” Como consta en los AGN, Fondo Secretaría de la Defensa Nacional, Sección Estado Mayor, caja 246 / 77618/2, exp. 80-1963, f. 5.

Asimismo, en la década de 1970 el Estado mexicano desplegó un plan anti-hippie. Según consta en el Archivo General de la Nación, el general brigadier Alonso Aguirre Ramos, fue asignado “Para atención de la superioridad sobre operación anti-hippie”, 10 de septiembre de 1970. AGN, Fondo Secretaría de la Defensa Nacional, Sección Estado Mayor, caja 246 / 77618/1, exp. 80-1963, f 1. El programa estuvo destinado a evitar el ingreso de las caravanas hippies por los puntos fronterizos de la zona norte del país o su peregrinación a la mítica tierra de los hongos alucinógenos, Oaxaca, con la famosa María Sabina, a donde según el mito, hasta John Lennon llegó.

A pesar de esta perniciosa vigilancia y control del ejército, las autoridades mexicanas sobre este sector, el movimiento hippie pudo llegar a México, en donde algunos jóvenes encontraron una manera de vida y expresión artística y cultural, siendo, en su momento, una contracultura que resistió la persecución del Estado mexicano y mucho de su lucha cultural, forma parte innegable de algunas libertades políticas y sociales en la actualidad, dejándonos frases célebres que ahora con el mundo nuevamente a punto de una guerra nuclear necesitaremos:

Amor y paz y nada más

Haz el amor y no la guerra

Sin amor no habrá paz

Prohibido prohibir

Quisiera vivir en un mundo donde los rifles dispararan balas de chocolate

Aprende como si fueras a vivir toda la vida y vive como si fueras a morir mañana

No hay camino para la paz, la paz es el camino

 La paz comienza con una sonrisa

Si quieres la paz, trabaja por la justicia

La solidaridad y la paz van de la mano

Si quieres la justicia, defiende la vida

No basta con hablar de paz, uno debe creer en ella y trabajar para conseguirla

Si todo el mundo demandase paz en vez de otro televisor (hoy teléfono), entonces habría paz

No hay verdadera paz si no viene acompañada de equidad, verdad. Entre muchas otras.

Son miles de hojas las que podrían escribir sobre este tema y que ahora, con los archivos de la represión abiertos, se necesitarán miles de investigadores y miles de libros para entender lo que realmente pasó durante el oscurantismo priista y la Guerra Sucia en México, por ahora hasta aquí les comparto, para cumplir lo prometido sobre el tema.

La vida es una construcción consciente.

Iván Uranga
Iván Uranga

Especialista en Ciencias Sociales, promotor de comunidades autónomas autogestivas, investigador social, docente de Permacultura, escritor de
ensayos, novelas, cuentos, teatro y poesía.

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