CJNG y sus drones chinos: ¿El futuro del narcotráfico en México? (nota de Anel Rangel en Quinto Poder)

La peligrosa proliferación de drones armados despierta preocupaciones sobre el futuro del combate contra los cárteles en México

Anel Rangel | Quinto Poder

Los drones, una vez reservados para aplicaciones como la entrega de paquetes o la fotografía aérea, han adquirido un nuevo propósito en manos de los cárteles mexicanos. Entre ellos, el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) ha surgido como uno de los principales usuarios de esta tecnología emergente para llevar a cabo sus operaciones criminales. Al adquirir drones chinos, el CJNG ha desatado una ola de preocupación tanto en México como en Estados Unidos, generando llamados a una mayor regulación del espacio aéreo y al control de la venta de estas letales herramientas.

Estos actos se convierten en una alarmante realidad del uso de drones por parte del CJNG y la Familia Michoacana. Estas organizaciones criminales no solo han integrado los drones en sus tácticas de ataque, sino que también han encontrado en ellos una forma de reducir costos operativos significativamente.

Los drones utilizados por el CJNG, que según se cree tiene su base de operaciones en Apatzingán, Michoacán, son de fabricación china y se estima que tienen un costo de alrededor de 2 mil dólares. La marca más comúnmente asociada con estos drones es DJI, una empresa líder en el mercado de drones con sede en China.

La preocupación por el uso de drones armados por parte de los cárteles mexicanos ha llevado a un llamado urgente a la acción por parte de las autoridades tanto de México como de Estados Unidos. Se ha informado que el gobierno estadounidense ha presionado a su contraparte mexicana para implementar medidas más estrictas que regulen el uso del espacio aéreo, con el objetivo de identificar de manera más efectiva los drones utilizados por los cárteles y evitar la importación sin restricciones de estos dispositivos, especialmente aquellos provenientes de China.

La respuesta del gobierno chino a estas preocupaciones ha sido mixta. Si bien el presidente Xi Jinping ha accedido a colaborar en la identificación de los usuarios de drones involucrados en actividades criminales, las autoridades chinas han sido criticadas por la aparente falta de restricciones en la venta de drones a México y otros países, lo que ha facilitado su uso por parte de grupos delictivos.

Una reciente denuncia presentada por el Centro de Derechos Humanos Minerva Bello ha mostrado la gravedad de la situación. Según esta organización, se ha producido un ataque armado utilizando drones en la comunidad de Buenavista de los Hurtados, en el municipio de Heliodoro Castillo, Guerrero. Se estima que alrededor de 30 personas resultaron heridas en este incidente, que ha dejado a la población local aterrorizada y clamando por una mayor protección por parte de las autoridades.

Las autoridades estatales han respondido a estas denuncias con despliegues de seguridad en las áreas afectadas, realizando recorridos y recabando pruebas para investigar los incidentes reportados. Sin embargo, la falta de información sobre posibles arrestos o avances en las investigaciones ha generado preocupación entre la población local y ha destacado la urgencia de abordar el creciente problema de los drones armados en manos de los cárteles.

A medida que la tecnología de los drones continúa avanzando y su disponibilidad se expande, es evidente que la amenaza que representan para la seguridad pública sólo aumentará. Tanto México como Estados Unidos enfrentan el desafío de desarrollar estrategias efectivas para regular y controlar el uso de drones por parte de grupos criminales, antes de que la situación se vuelva aún más grave.