[VIDEO] ¡Se cae a pedazos! Así luce hoy el histórico Luis Pirata Fuente (nota de OEM-Informex)

Foto: Captura

El estadio que fue mundialista hoy luce irreconocible

Por años, el Luis Pirata Fuente fue conocido como uno de los estadios más bravos del futbol mexicano. Su arquitectura sencilla permitía a los aficionados gozar de los partidos sin demasiados contratiempos, eso sí, ante una humedad asfixiante, sólo llevadera para el equipo local, y un ambiente hostil para la mayoría de los visitantes. Hoy, sometido a trabajos de remodelación, el inmueble veracruzano luce irreconocible.

A través de su cuenta de twitter, el periodista Miguel Rocha publicó un video del estadio. Las tomas aéreas, retratan un inmueble en ruinas, prácticamente sin gradas, sin césped, lejos del esplendor que algún día tuvo.

La idea del gobierno veracruzano será concluir su remodelación a finales del 2023, con una inversión superior a los 300 millones de pesos. La intención es dejar el inmueble listo para que algún empresario busque llevar futbol de Primera División o de Liga de Expansión al puerto.

“La empresa es seria, ganó la licitación y está contratada para una primera etapa, pretende dejar el estadio listo para la Liga de expansión, dónde pensamos que es el interés de los empresarios que le van a invertir”, dijo el gobernador del estado Cuitlahuac García.

Ubicado en el municipio de Boca del Río, Veracruz, a unos cuantos kilómetros de la costa, el estadio fue inaugurado en marzo de 1967, bajo el nombre de Estadio Veracruzano, pocos años después, sin embargo, fue bautizado como el estadio Luis de la Fuente, en honor a uno de los futbolistas más grandes que dio el estado de Veracruz.

Con una capacidad para 30 mil espectadores, el estadio fue casa de los Tiburones Rojos de Veracruz, una de las franquicias históricas en el futbol mexicano. Tras su desaparición en el 2019 debido a los malos manejos de su entonces dueño, el coloso del fraccionamiento Virginia quedó huérfano de futbol, y sus instalaciones cayeron en el abandono, sin la pasión que cada 15 días se sentía en sus gradas, adornadas por el tradicional tiburón que le daba identidad al club y a sus aficionados.

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