Y en verdad, el libre albedrío es otorgado por el máximo rey, y depende de nosotros en qué camino -bueno o malo- queremos viajar. Al final, nuestras decisiones formarán muestra trayectoria de vida y eso es nuestra historia y responsabilidad.
Pero lo más inverosímil de comprender, es entender por qué ciertos personajes quieren usar este libre albedrío dado, hostigando su esencia, ejerciendo una fuerza bruta oscura para cumplir sus deseos egocentristas y lograr esclavizar la voluntad. Es más, estos personajes interpretan la realidad de manera distinta y buscan el poder por el poder y control sobre el control. Son magos de teatros involutivos que excitan atrofia social y distrofia aspiracionista. Pero lo que más llama la atención de este ambiente, es que los participantes se encierren en solo pensamiento limitado dentro de este circo-universo. Es decir, que se encuadren solamente en este modelo limitado, en donde solo se hable y se piense cómo rumian estos falsos profetas y no visualizar proyecciones aspiracionistas fuera de la caja de zapatos. Inclusive, aquellos que buscan la libertad de expresión con visión progresista, no son respetados por los sapos. Por lo tanto, el libre albedrío queda coartado por la ley humana, la cual se muestra aparentemente más poderosa que la ley máxima. Esto nunca será factible, pero sí será juzgado.
De nuevo la tecnología se presenta para promover la integridad del libre albedrío y la libertad de expresión mediante diferentes técnicas. Una de estas, refiere a las tecnologías de las redes sociales, donde algoritmos avanzados buscan destruir las falsedades, robustecer la verdadera información y mejorar el respeto, la sana comunicación y la libertad de expresión. Otra técnica, refiere al análisis de las informaciones mediante la ciencia de datos y la inteligencia artificial con la finalidad de reducir modelos sociales destructivos, así como la generación de modelos de comportamiento positivos, economías sustentables, sistema políticos progresistas, bienestar social, entre otros modelos más.
Finalmente, la transformación tecnológica y digital contribuirá al libre albedrío para cumplir ser aspiracionista con espíritu y legítima libertad de expresión, y esto es nuestra responsabilidad.
Octavio Fernández, PhD.
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