Paradojas de una encuesta. Autor: Iñaki Fernández

Autor: Iñaki Fernández

Está por de más decir que, para ganar una encuesta, la estrategia marcada por la mercadotecnia política dicta que se debe tener un muy amplio conocimiento entre los encuestados, sumado a una serie de atributos como pueden ser la simpatía, el liderazgo, la lealtad, el profesionalismo o la capacidad. Todos estos, o según sea el caso, uno de ellos en específico, son necesarios para conectar y generar simpatías entre los encuestados.

La paradoja con la encuesta de Morena, a realizarse este año, radica en que pareciera que ninguna de las fórmulas utilizadas por la mayoría de los consultores y de los expertos electorales parecen servir para los efectos deseados en la definición de la candidatura presidencial.

Debemos partir primero, en que las encuestas que pretende realizar Morena y López Obrador conllevan una trampa en sí. El método de selección de la candidatura por la vía de las encuestas no busca realizar un ejercicio demoscópico que arroje datos cuantitativos sobre quién puede ser él o la candidata más competitiva frente a la oposición. No, las encuestas que se plantean realizar en el segundo semestre del año buscan realizar un ejercicio cualitativo, incluso se podría decir que hechas a modo para reflejar la voluntad del presidente López Obrador.

La muestra más clara es la pregunta: ¿quién cree usted que representa más a las mujeres? En una contienda en la que solo hay una mujer frente a dos hombres, la pregunta busca inclinar las preferencias de manera marcada a una de las corcholatas.

De igual forma, para las encuestas se plantea un sistema de puntaje a asignar para determinadas preguntas, haciendo que unas tengan mayor peso que otras. En este caso como en el anterior, la finalidad única es la de incidir en el puntaje total a obtener de las corcholatas y de esta forma favorecer a un determinado o determinada precandidata pues, difícilmente se sabrá bajo que metodología o racionalidad se crea dicho sistema de puntuación.

Si a todo esto le sumamos que las preguntas que hasta ahora han circulado, parecen escritas desde el cuarto de guerra de Claudia Sheinbaum, se aprecia una encuesta cuya legitimidad final no logrará proporcionar la certeza y la confianza para la que fue propuesta. 

El error que han cometido asesores y estrategas de las principales corcholatas, es abordar la encuesta como si fuera una a realizarse en unas primarias tradicionales al interior de los partidos políticos. Buscar socializar a los actores políticos y ponerlos a replicar recetas importadas de otros países, no ha logrado conectar con las mayorías, ni ha permitido cambiar las intenciones de voto reflejadas en las encuestas que circulan en los principales diarios del país.  

Al final, las encuestas darán como resultado a quién López Obrador decida como su sucesor. Hacen mal los aspirantes en suponer que su decisión será tomada con base en los resultados de los estudios paramétricos. Para alguien tan obsesionado con la historia de México como lo es nuestro presidente, la decisión de su sucesor y la forma en que él quiere que se escriba la historia, ya ha sido tomado.

Sin embargo, para aquellos que echan las campanas al vuelo, es también muy sabido que López Obrador sabe leer las coyunturas y tiene una visión de los escenarios como pocos políticos de la historia reciente de nuestro país. Si bien hoy pudiera asegurar que su decisión está tomada, no necesariamente quiere decir que rectifique ante la necesidad de asegurar la sobrevivencia de la Cuarta Transformación.

Por lo anterior, las corcholatas deben demostrar que, en sus hombros se puede dar continuidad y viabilidad al proyecto de la Cuarta Transformación. Dada la coyuntura y el estrés geopolítico internacional, acompañado del reacomodo de la oposición y la siempre amenazante injerencia extranjera, la o el próximo candidato de Morena necesita brindar certeza y posibilidad de defensa al Proyecto de la Cuarta Transformación.

Veo dos perfiles muy distintos, con estrategias opuestas. Por un lado, una ha logrado vender la sensación de favorita y la más cercana al presidente sin dar los resultados políticos esperados. En frente, los resultados lo respaldan sin que su equipo de campaña logre conectar con la base morenista.

Iñaki Fernández
Iñaki Fernández

Politólogo y consultor político especializado en análisis político, estrategia electoral y comunicación gubernamental. Es también impulsor del fortalecimiento de la sociedad civil.

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