Narco Historia | Vive sin drogas: prevención o desinformación. Autora: Abigail Hernández

Abigail Hernández | (@AbyJinki)

La campaña “Vive sin drogas” encabezada por Fundación Azteca que surgió a finales de los años noventa en México, es quizá una de las más memorables por lo masiva que fue su difusión. Cabe mencionar que esta campaña no ha sido la única en México, pues distintas fundaciones en conjunto a la Secretaría de Salud en México y otros organismos internacionales, han reunido esfuerzos para lograr la erradicación del consumo de drogas a través de mensajes que pretenden prevenir principalmente a los jóvenes de convertirse en adictos a las mismas.

México no ha sido el primer país en emitir este tipo de campañas con tal de lograr lo ya antes mencionado, fue en Estados Unidos donde iniciaron las campañas antidrogas D.A.R.E (Drugs Abuse Resistence Education) a inicios de los años ochenta por Nancy Reagan, dicha campaña estaba dirigida a los jóvenes con el objetivo de erradicar las drogas primero en Estados Unidos y después comenzó a extenderse por otras partes del mundo entre ellos México. Sin importar su masividad, la D.A.R.E fracasó como campaña preventiva, ya que el enfoque era erradicar en vez de prevenir. Los comerciales mostraban situaciones poco realistas en torno al uso de sustancias, así como de los efectos en el cuerpo de quien era un consumidor, de igual manera, estos comerciales diseñaron las respuestas que debían tener los jóvenes ante el ofrecimiento que alguna otra persona les pudiera hacer para consumirla. Es decir, los comerciales de la campaña que se extendió hasta la primera década del siglo XXI, infundían el miedo más que apelar a la capacidad de los jóvenes de decidir.

Los jóvenes en la mayoría de los comerciales, eran mostrados como provenientes de bajos estratos sociales, familias disfuncionales o con problemas de socialización, dichas representaciones se extendieron como un paradigma que inmediatamente fueron relacionadas con la criminalidad, pues llevó consigo a la creación de una imagen de cómo lucían y se comportaban los consumidores, o sea, de manera violenta porque estaban dispuestos a conseguir sustancias ilícitas a como diera lugar sin importar las consecuencias.

Las representaciones de los consumidores no solo se limitaron en comerciales live action, a estos le siguieron comerciales animados que mostraban aún más grotescos a los consumidores y los efectos de las drogas.

Pero entonces ¿Por qué si no funcionaron las campañas de los años ochenta se siguió repitiendo el mismo plan de acción hasta hace unos años?

Una posible respuesta es el enfoque como se indica más arriba, además de que a los consumidores se les trataba como criminales cuyo final era solo la muerte o el encarcelamiento. Además de que no mostraban información de los efectos reales de las drogas, sino que eran exagerados hasta el punto de llegar a ocasionar accidentes como explosiones, alucinaciones, violencia desmedida y respuestas negativas al consumo, claro desde una perspectiva moral: las drogas son malas, mas que en una perspectiva de prevención que ayude a los jóvenes a tomar decisiones basadas en la investigación científica.

“Debe reconocerse que las campañas de prevención tradicionalmente realizadas no han tenido fundamentos sólidos en las ciencias de la salud ni en las mejores técnicas de comunicación. Muchas veces han sido campañas con mensajes erróneos, superficiales e incluso frívolos que, lejos de prevenir el uso pueden haberlo fomentado. El diseño de la prevención debe basarse en la investigación científica y financiarse adecuadamente”[1]

El fracaso de las campañas no es solo por los mensajes erróneos, sino también desde cómo las políticas públicas se han enfocado en torno a las drogas, pues desde perspectivas altamente prohibicionistas no se da la oportunidad a los consumidores de tener un cambio de vida, es decir, si fue un adicto, toda su vida lo será. Es por ello que en años más recientes se ha intentado cambiar la forma de abordar las campañas antidrogas, siendo un poco más comprensivas con el consumidor en donde se trata de comprender mejor su contexto y el estado de su salud mental.

No obstante, y con los ligeros cambios que se han intentado como en las campañas más recientes de la Secretaría de Salud Pública en torno a la prevención, no hay campañas suficientes en las que se apoye a los consumidores en clínicas públicas para que estos puedan tener un tratamiento para su adicción, pues si bien las campañas pueden ayudar, considero que se continúan realizando desde una visión de erradicación del uso de drogas que solo fomenta la obtención de drogas de otras formas ilícitas puesto que “existe un desequilibrio entre las políticas de prevención asociadas con la política de reducción de la demanda y las que se basan en la reducción de la oferta”[2] Además de que se sigue tomando el mismo modelo que impuso Estados Unidos en la forma de realizar campañas de prevención sin considerar las realidades de los consumidores y posibles consumidores en México que permitan un mejor diagnóstico del problema para evitar la desinformación, la exageración y ridiculización de los individuos a quienes se refieren dichas campañas.

Bibliografía

 Ernesto Zedillo, Catalina Pérez Correa, Alejandro Madrazo, Fernanda Alonso, La política de drogas en México: causa de una tragedia nacional Una propuesta radical e indispensable para remediarla, México, Centro de Investigación y Docencia Económicas, 2019.

[1]Ana Yeli Pérez Damaso y Roberto A. Mejía Fonseca, “Gestión estratégica en materia de consumo de drogas en México: deficiencias en la identificación del problema”, en Gestión y Estrategia, Universidad Autónoma Metropolitana, 20 de agosto 2022.

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[1] Ernesto Zedillo, Catalina Pérez Correa, Alejandro Madrazo, Fernanda Alonso, La política de drogas en México: causa de una tragedia nacional Una propuesta radical e indispensable para remediarla, México, Centro de Investigación y Docencia Económicas, 2019, p. 68.

[2] Ana Yeli Pérez Damaso y Roberto A. Mejía Fonseca, “Gestión estratégica en materia de consumo de drogas en México: deficiencias en la identificación del problema”, en Gestión y Estrategia, Universidad Autónoma Metropolitana, 20 de agosto 2022.

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