La sororidad, más eficiente que el Estado. Autora: Emma Rubio

Ayer, una vez más, las mujeres del municipio de Solidaridad han demostrado que pueden resolver lo que el Estado no es capaz de hacer. Todo comenzó con una compañera que se encontró a una mujer estadunidense en un Oxxo custodiada por policías y la chica estaba muy mal. Para fortuna de esta chica, nuestra compañera llegó pues como mujeres sabemos que no podemos seguir de largo. En el instante comenzó a contactarnos a todas para pedir apoyo y saber qué hacer al respecto. Entre todas comenzamos desde nuestras posibilidades a buscar solución. Algunas comenzamos a buscar en los organismos como el IQM, Inmujeres, Secretaría de Turismo, Instituto de la Mujer municipal, y vaya, nadie se quiso hacer cargo.

Conforme pasaba el tiempo, la mujer extranjera iba teniendo claridad y pues de poco en poco nos soltaba información, en lo que unas estaban con ella, otras compañeras andaban por Playa del Carmen yendo de un lado para otro buscando sus cosas en donde ella les iba indicando, otras estábamos tratando de encontrar solución a su calidad de migrante, pues hasta el momento lo único que sabíamos es que ella había llegado de vacaciones, conoció a un tipo y se drogaron, de ahí lo único que recordaba es que despertó en el hospital en donde la encerraron como paciente psiquiátrico y justo ayer la dieron de alta pues ya no era posible que siguiera ahí, la sacaron a la calle sin saber nada de ella, una mujer sola en otro país, sin ropa interior, solo una falda y una playera y sin saber a dónde ir por las drogas que le estuvieron suministrando.

Posteriormente nos enteramos que según estuvo detenida porque estaba haciendo disturbios en la calle, total que todo era muy confuso y raro.

Durante toda la tarde el colectivo estuvo viendo qué hacer. Al final como siempre, el colectivo tuvo que asumir el problema y solucionarlo, una compañera se la llevó a su casa para que se diera un baño mientras otras localizaron a la familia en Washington y pues ya se logró contactar al consulado y de este modo poder ayudar a la joven a regresar a su casa.

Finalmente y después de recibir groserías, caras, malos tratos pero sin dejar de hacer presión, la Secretaría de Turismo accedió a pagarle un hotel y una enfermera pues efectivamente, la joven estaba realmente mal. Hoy ya tiene solución este caso y esperemos que en estos días esta joven pueda volver a casa sana y salva.

Este relato es uno de tantos que acontecen en este municipio, en donde si no fuera porque las mujeres hemos tomado las riendas, no se haría nada y más mujeres estarían en una situación lamentable. Gracias a que nuestra compañera llegó a ese Oxxo, la joven no pasó más tiempo en la calle siendo maltratada por el Estado.

Esto que escribo pone de manifiesto la incapacidad de las autoridades para salvaguardar la vida de las personas que están en este territorio, vivimos dentro de un océano de impunidad, indiferencia y violencia. No es posible que ante un caso de este tipo, todas las autoridades nos remitieran a una “sociedad civil” que resultó que éramos nosotras, es decir, nos aventaban la bolita cuando éramos nosotras quienes estábamos pidiendo apoyo del Estado. A esto hemos llegado, a que es tal la incompetencia que el mismo Estado nos ve como la solución.

Una vez más, el colectivo “siempre unidas” terminó haciendo el trabajo del Estado, todas somos mujeres de trabajo, muchas vivimos al día y sin embargo no hubo ningún momento de duda para estar juntas y ver cómo y desde dónde hacer algo.

Es el día a día de las mujeres que vivimos en este municipio, en el que nos han llenado de promesas color violeta, donde cada mes se celebra el día naranja porque las presidentas municipales se han autoproclamado administración tras administración como feministas y conscientes del tema, ellas van y vienen pero la situación lejos de mejorar empeora para nosotras. La actual administración cree que hacer políticas de género es organizar concursos de disfraces de Frida o en enseñar a bailar zumba como si por aprender a bailar me asegurara que no seré violentada. Es un absurdo en el que vivimos, donde la seguridad está dependiendo de nosotras mismas mientras el Estado se ocupa de banales concursos y clases absurdas que en lo absoluto pedimos

Es necesario que la actual presidenta Lili Campos se deje de sandeces y que ya entienda lo que Laura Beristain no entendió. Las mujeres en Playa del Carmen no somos tontas, tenemos miedo pero más coraje y que ya estamos hartas de hacerles su trabajo. Así que más vale que ya se tomen en serio el problema social de violencia que el mismo Estado fomenta con su incapacidad y falta de empatía.

Emma Laura Rubio Ballesteros
Emma Laura Rubio Ballesteros

Licenciada en filosofía, maestra en educación y especialista en Teoría Crítica y hermenéutica, certificada en educación socioemocional. Autora de diversos artículos en revistas académicas

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