La justicia como espectáculo. Autora: Emma Rubio

El poder judicial de México se ha servido de la categoría justicia para poder seguir sirviéndose del poder y extender sus propios beneficios ayudando a quienes les ofrecen una mejor oportunidad para mantener su poder y acrecentar sus riquezas.

En el sexenio de Calderón se abusó de los medios para ejercer este tipo de dinámica en la que a modo de reality, nos presentaban los ya bien catalogados montajes, los cuales eran la mera simulación para engañarnos sobre los falaces resultados de la tan mal llamada guerra contra el narcotráfico. ¿Cómo olvidar el caso Vallarta? Y así cientos de personas fueron obligadas a ser parte de estos engaños y condenadas a perder todo a cambio de nada.

Hoy afortunadamente no tenemos ya un presidente como el inepto de Calderón, pero desafortunadamente, el poder judicial sigue siendo la réplica de esos tiempos en los tiempos actuales, y es que parece que muchos no entienden que este poder es autónomo y que lamentablemente no está al mando del presidente Andrés Manuel López Obrador, de lo contrario estoy segura que otra sería la realidad.

Ante la tan cínica liberación del Rodo, quien se sabe sin ninguna duda que es un personaje perseguido, se saben sus nexos activos con el cártel que lidera su hermano, decir que su aprehensión ha sido injusta y que además en los medios de comunicación se le da voz a su abogado como lo hizo Azucena Uresti, quien le deja que explique por qué ha sido una muy mala acción por parte de la Guardia Nacional. ¿No es acaso un espectáculo en el que manosean a la justicia a modo? Es claro para muchos que el poder judicial además de estar podrido juega del lado de la oposición y que todo aquello que parezca bien hecho, justo y que lleve de algún modo la firma del presidente debe ser anulado y además manipulado para hacerlo a modo de sus beneficios.

Le han criticado hasta el cansancio “el Culiacanazo” al presidente, cuando resultó más que sensata la decisión pues quienes viven en Culiacán sí lo agradecieron ya que eran ellos los que corrían peligro ante las amenazas hechas por el cártel en caso de no liberar a Ovidio Guzmán, y hoy día existen personas que no comprenden porque simplemente no han entendido cómo funcionan las mentes de estos seres que no saben de límites ni mucho menos respeto. Sin embargo, con tal ligereza juzgan las acciones del presidente como si fuera tan sencillo, pero lo que me llama la atención es que esas personas no pongan ahora en tela de juicio las decisiones de quienes liberan al delincuente y se compran la narrativa de que fue algo injusto.

Ya lo decía Jean Baudrillard: “Esa masa que nos quiere hacer creer que es lo social, es, al contrario, el lugar de implosión de lo social.” Vivimos ante la suplantación de lo real y es preocupante que muchos aún no se han querido dar cuenta, se resisten escandalosamente al imperativo de la comunicación racional. Quieren espectáculo, adoran las imágenes, por eso tanto empeño en mostrarles una candidata como Xóchitl que la pobre ya parece fragmentada y esquizoide con tanta personalidad, se alimentan de esas imágenes que son asesinas de la realidad, como diría el pensador francés. De ahí que la justicia sea ahora el espectáculo preferido de quienes manipulan porque toca a lo sensible de la humanidad, a lo que más carece y lo que más añora. La realidad entendida como la verdad ha quedado engullida por la pantalla del espectáculo, en un mero simulacro y éste no es perceptible.

Liberar al alguien como Abraham Oseguera Cervantes no es más que el síntoma del declive de la certidumbre y de la disociación entre lo que concebimos como ético y no ético, como bueno o malo. Estas dicotomías ya se han mudado al territorio de lo subjetivo dejándonos en la mera orfandad de la madre justa. La justicia al ser el espectáculo de los que tienen el cuarto poder es más grave de lo que pensamos, pues lo crean o no, al subir los ratings, perdemos nuestro derecho a la verdad, a la justicia y a la certidumbre de esta pues al convertirla en un personaje, la perdemos y nadie está protegido ante un sistema podrido.

@Hadacosquillas

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