El incremento al salario mínimo vendrá a aumentar demanda, la actividad económica y el empleo. Autor: Arturo Huerta González

Imagen ilustrativa.

Ante el incremento al salario mínimo de 15% para el 2021, acordado por la Comisión de Salarios Mínimos, con el único voto en contra del sector privado, éste ha afirmado que ello provocará cierre de empresas y pérdida de empleos. Hay que señalar que los salarios no son los que determinan si una empresa y el empleo permanecen en la economía formal. La permanencia o no de las empresas en el mercado, así como la generación de empleo por parte de éstas, depende del crecimiento de la economía que garantice condiciones de ganancia. El problema de nuestra economía es que no viene creciendo, sino por el contrario, enfrenta una fuerte caída de la actividad económica, lo que ha llevado a que estén cerrando empresas y que esté aumentando el desempleo, sobre todo por la falta de apoyo gubernamental para evitar tal situación. Predominan altas tasas de interés y austeridad fiscal que acentúan la caída de demanda que se ha venido dando en el presente año. El Inegi reporta que en el acumulado de los primeros nueve meses del año, el consumo privado cayó 11.5 por ciento, la inversión fija bruta en 20.1 por ciento, las exportaciones de bienes y servicios en 10.9 por ciento, en relación a igual periodo del año pasado, y el PIB tiene una contracción anual de 9.6 por ciento.

La Coparmex ha señalado que el incremento “irracional” al salario mínimo provocará el cierre de al menos 700 mil empresas en los próximos tres meses y añaden que “ante la severa crisis actual exigimos prudencia”. De no incrementarse los salarios, ello no evitará que sigan cerrando las empresas, al seguir contraída la demanda. Lo que el sector patronal debe demandar, es que el gobierno incremente el gasto para aumentar demanda y así ellos puedan vender más y ver mejorados sus ingresos para poder pagar mejores salarios e incrementar el empleo. El aumento de salarios vendrá a incrementar la demanda y los ingresos de las empresas, por lo que el alza salarial no les ocasionará pérdida alguna, ni llevará al cierre de empresas como ellos dicen. Siempre la mayoría de los empresarios se han opuesto al incremento de salarios, argumentando que las microempresas no tienen condiciones de pagar mayores salarios y que ello las llevaría al cierre. Tal argumento ha llevado a que predominen bajos salarios en el país por décadas, y ello no se ha traducido en mayor crecimiento económico, ni en mayor empleo formal, sino por el contrario, ha frenado el crecimiento del mercado interno, ha incrementado la pobreza y la desigualdad del ingreso. No se pueden perpetuar bajos salarios, con el argumento que el incremento de ésto llevará a que muchas microempresas salgan del mercado. No se puede mantener esas microempresas a costa de la sobreexplotación de los trabajadores. Empresa que no pueda pagar un salario digno y remunerador a sus trabajadores, debe salir del mercado. La mejora salarial incrementa la demanda, el mercado interno y genera condiciones de rentabilidad para que las empresas paguen mejores salarios y contraten a más trabajadores. Es falso que el incremento salarial actúe contra la generación de empleos. El empleo no está en función del salario. Hemos visto en nuestro país que los bajos salarios no han incrementado el empleo formal. La empresa generará un empleo si éste le va a redituar más de lo que va a gastar en su contratación, y de ahí la importancia del crecimiento de demanda, sea a través del mayor gasto público, como del incremento de salarios, y de las exportaciones, para que el empleo se incremente. Como están cayendo las exportaciones, así como el consumo e inversión privada, el gobierno debe incrementar el gasto público en niveles suficientes para contrarrestar dichas caídas y así generar condiciones de acumulación en el sector privado para que éste incremente salarios y el empleo.

Hay que tomar en cuenta que a de junio del 2020, 23.8% de la población ocupada ganaba un salario mínimo y 60.7% gana hasta dos salarios mínimos y 74 % gana hasta tres salarios mínimos. Es de justicia social y económica incrementar los salarios mínimos para mejorar las condiciones de vida de la gran mayoría de los trabajadores. La distribución del ingreso incrementa demanda, debido a que los trabajadores gastan todo lo que ganan, y ello impulsaría la actividad económica y la generación de empleo.

También el sector privado ha dicho que el incremento al salario mínimo ocasionará presiones inflacionarias. Tal situación no se presentará, debido a que la economía nacional enfrenta altos niveles de capacidad ociosa y alto desempleo, debido a la drástica caída de demanda, por lo que perfectamente puede ser utilizada esa capacidad ociosa, para incrementar la producción y satisfacer la mayor demanda generada por el alza salarial. Ello debe ir acompañado de política industrial (baja tasa de interés, política de subsidios) para aumentar productividad y capacidad productiva para evitar presiones inflacionarias. Hay que tomar en cuenta que por décadas, los salarios han venido creciendo por debajo del crecimiento de la productividad, lo cual ha reducido el costo laboral (medido por la relación entre salario y productividad), lo que ha aumentado los márgenes de ganancia, por lo que las empresas tienen viabilidad de absorber el aumento salarial, sin que ello merme sus ganancias y sin que tengan que trasladar dicho aumento salarial a los precios.

Arturo Huerta González

Economista heterodoxo. Autor de diversos libros, el más reciente titulado Austeridad Fiscal: Causas y Consecuencias, Editorial UNAM.
Profesor de Economía, UNAM. Investigador Emérito del SNI.

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