El Espejo | La Presidenta de México. Autor: Iván Uranga

“Solo después de que las mujeres empiezan a sentirse en esta tierra como en su casa, se ve aparecer una Rosa Luxemburgo, una Madame Curie. Ellas demuestran deslumbrantemente que no es la inferioridad de las mujeres lo que ha determinado su insignificancia”
-Simone de Beauvoir

En una encuesta cara a cara realizada esta semana por encuestadora Enkoll, en viviendas de la totalidad de las secciones electorales de México, a personas con credencial para votar vigentes, el primer gran dato que destaca, es que por primera vez 82% de los mexicanos votaría por una mujer para la presidencia de México.

Ese dato por sí mismo significa una revolución total, en un país que hasta hace muy poco el machismo no le permitía aceptar la posibilidad de ser gobernados por una mujer.

La primera mujer que se postuló seriamente para la presidencia de la República fue doña Rosario Ibarra de Piedra en 1982, quien fue candidata del extinto Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) de corte trotskista. En lo personal sin pertenecer al PRT, por el respeto y admiración que le tenía a doña Rosario, me sumé a su campaña en la que pusimos todo nuestro empeño. El resultado, según nuestros datos fueron más de 5 millones de votos, pero como en ese tiempo las elecciones las organizaba el PRI a través de la Secretaría de Gobernación, sólo nos contaron 416,448 que representó el 1.76% de los votos. Volvió a competir en 1988 obteniendo el 0.3% de los votos.

Después vino la maestra Marcela Lombardo Otero en 1994 por el Partido Popular Socialista que obtuvo 0.47% de la votación. En ese mismo año Cecilia Soto González fue candidata por el Partido del Trabajo obteniendo 2.75% de la votación.

En 2006 por el Partido Alternativa Socialdemócrata Patricia Mercado Castro consiguió 2.7% y es, en 2012 que contiende por primera vez una mujer de derecha en las elecciones presidenciales; Josefina Vázquez Mota por el Partido Acción Nacional que quedó en tercer lugar con 25.4%.

En 2018 promovimos a María de Jesús Patricio Martínez “Marichuy” como candidata independiente a la presidencia, con la intención de visibilizar la problemática de los pueblos originarios y desnudar al sistema político mexicano, pero el Instituto Nacional Electoral (INE) no permitió que su nombre llegara a las boletas, y sí permitió que llegara a las boletas electorales como candidato independiente al entonces gobernador de Nuevo León Jaime Rodríguez “El Bronco” con firmas falsas comprobadas, que por cierto ahora está en la cárcel por otros delitos. Valga decir, que de los candidatos que llegaron a la boleta, decidimos votar por López Obrador, porque era el menos neoliberal de los que participaron.

Como pueden ver, el PRI nunca postuló a una mujer para la presidencia, la más cercana fue María de los Ángeles Moreno, que era dentro del esquema de poder del PRI en 1994 la persona con más poder político después de Luis Donaldo Colosio y Manuel Camacho Solís y la candidata natural después del asesinato de Colosio y el obligado autodescarte de Camacho, pero Carlos Salinas de Gortari optó por postular a Ernesto Zedillo, que era un cuadro menor, para seguir en el poder.

Regresando a la encuesta de Enkoll, podemos ver que los tres principales temas que les preocupan a los mexicanos, son los mismos que antes de la llegada de López Obrador al poder y no sólo no los ha resuelto, sino que se han incrementado. La inseguridad 45%, la pobreza 35% y la corrupción con 20% son el porcentaje que los mexicanos consideran que son los principales problemas del país a 2 años de que termine su mandato.

Del 45% que mencionó la inseguridad como principal problema, 38% opina que los asaltos, son el principal problema, 13% el narcotráfico, 10% robo a casa habitación, 8% secuestros, 6% feminicidios, 6% homicidios, 4% extorsiones, 3% desaparición de personas.

Cómo podemos ver, ninguno mencionó la migración, ni la seguridad de los ductos, ni seguridad de puertos y fronteras, ni la seguridad de los proyectos del gobierno, que es a lo que dedica el 99% de las fuerzas armadas ahora convertidas en policías, pero no vemos al policía del barrio que evita (o debe evitar) los asaltos, o el robo a casa habitación, ni la superpolicía que enfrente a los criminales narcotraficantes, a los secuestradores o la que cuide la vida de los ciudadanos, esa policía no existe, sólo tenemos cientos de miles de militares abocados a cuidar los intereses de los dueños del dinero, y a construir y proteger los proyectos de gobierno. A los ciudadanos no hay quien los proteja.

La encuesta también pregunta que si hoy fueran las elecciones por qué partido votaría y 55% lo haría por Morena, 22% por el PAN, 14% por el PRI, 3% por MC, al igual que por el PRD, 2% por el PT y 1% por PVEM.

Después pasa a ver las preferencias dentro de los partidos y resulta que de los presidenciables del PAN, el mejor posicionado es Ricardo Anaya con 32%, le sigue Margarita Zavala con 30%, Lilly Téllez con 25% y Santiago Creel con 13%.

De entre los candidatos del PRI, la más destacada es Beatriz Paredes con 51%, seguida por Osorio Chong con 23%, después Enrique de la Madrid con 14% y Alfredo del Mazo con 12%.

En MC encabeza la encuesta Colosio Rojas con 59%, seguido por Samuel García con 16%, después Enrique Alfaro con 15% y Dante Delgado con 10%.

De Morena la encuesta la encabeza Claudia Sheinbaum con 48%, seguida por Marcelo Ebrard con 36%, después Ricardo Monreal con 10% y Adán López con 6%.

Lo interesante se ve cuando ponen a competir las diferentes fórmulas entre los encuestadores, porque si pones a Claudia Sheinbaum contra Ricardo Anaya y Colosio Jr. Claudia obtiene 54%, Colosio 26% y Anaya 20%.

Y si pones a Claudia contra Téllez y Alfaro sube a 63%.

A diferencia de que si pones a Marcelo a contender contra Colosio y Anaya, sólo alcanza 48%.

Es decir, bajo cualquier condición, interna o externa, Claudia Sheinbaum ganaría la presidencia de México, no así Marcelo Ebrard, que si toda la oposición se une no alcanza 50 más uno y con mucho más riesgo si en la inminente reforma electoral se incluye la segunda vuelta, por lo que si uno de los candidatos no alcanza más de 50%, los dos primeros lugares irían a una segunda vuelta, por lo que toda la oposición se sumaría en contra de Morena.

Claudia Sheinbaum es una mujer de izquierda que tiene la enorme ventaja de no haber militado nunca en el PRI, a diferencia de los otros 3 candidatos internos de su partido, es la que mejor preparación académica tiene de todos los precandidatos y es la única que ha militado en la izquierda independiente y fue activista contra el sistema dominado por el PRI, dentro y fuera de la universidad. Con la desventaja de su timidez que se puede leer como falta de empatía, por lo que su sobreexposición pública le puede jugar en contra. Lo otro que le jugará en contra es su origen judío, por el antisemitismo latente que cree que todos los judíos son el genocida criminal gobierno de Israel, ese odio es tan absurdo como pensar que todos los que creen en Cristo son como Hitler. Y se les olvida que hay muchos pensadores de origen judío que han transformado la historia y nos han ayudado a entender el mundo, desde Jesucristo o Carlos Marx, hasta Noam Chomsky en la actualidad. Claudia no es una judía practicante, así como millones de nosotros que nacimos en el seno de la religión católica y no vamos a misa. 

Parecen muy lejanas las elecciones del 7 de julio de 2024, pero 2 años no son nada, si pensamos que el actual presidente hizo campaña por más de 18 años.

Quiero pensar que el gobierno de López Obrador es una transición hacia un gobierno realmente progresista que nos permita mínimamente convocar a una nueva constituyente ciudadana, que construya las bases para un nuevo acuerdo nacional, basado en la solidaridad por sobre la competencia, en donde la comunidad y su vida, sea el eje de una nueva sociedad globalizada pero con un fuerte arraigo a sus raíces. 

Reconozco que es mucho lo que López Obrador avanzó atropelladamente en materia de justicia social, pero la pobreza avanza, y es urgente terminar con la improvisación característica de este gobierno, que va inventando “soluciones” sobre la marcha y que ha provocado innumerables errores que han costado miles de vidas. Necesitamos eliminar las energías fósiles, quitar el agua de las manos de los especuladores, prohibir realmente el fracking, el glifosato, la minería criminal y priorizar el medio ambiente por encima de la economía.

La necesaria negociación de este gobierno de transición con el poder económico y militar lo llevó a seguir entregando las riquezas naturales y culturales a los grandes capitales trasnacionales, y a dar la mayor cantidad de poder y dinero que jamás han tenido los militares en su historia, bajo el pretexto de atender el enorme problema de seguridad, que como vimos al principio de la encuesta lo que al pueblo le interesa, es detener los asaltos, el robo a casa habitación, el narcotráfico y los 100 asesinatos, los 23 desaparecidos diarios en México durante esta administración, según datos oficiales, el resultado es un gobierno civil cogobernando con militares totalmente empoderados.

Uno de los elementos que me lleva a creer que el gobierno de López Obrador es un gobierno de transición hacia un gobierno progresista es el nuevo plan de estudios que con todos sus tropiezos y errores, es el mayor esfuerzo educativo en México en los últimos 100 años, en donde el perfil de egreso nos dará seres humanos pensantes, solidarios, comprometidos con su comunidad, con el medio ambiente, con la paz, dispuestos a colaborar en lugar de competir y para esos nuevos ciudadanos un gobierno neoliberal, talachero, militarizado, populista y egocentrista como el de López Obrador no tiene cabida.

La idea según el programa es formar estudiantes que puedan:

“I. Reconocen que todo ser humano tiene derecho a contar con una identidad personal y colectiva, la cual se vincula de manera armoniosa con su comunidad y el mundo; asumen que todas las personas y todas las comunidades constituyen un todo plural, que crean y comparten espacios comunes.

II. Poseen una identidad étnica y nacional con una perspectiva de cultura de paz; reconocen y valoran la diversidad del país y tienen conciencia del papel de México en el mundo; por lo que su actuar personal y colectivo es con responsabilidad social, apego a los derechos humanos y respeto a la ley.

III. Valoran sus potencialidades cognitivas, físicas y emocionales a partir de las cuales pueden mejorar sus capacidades personales y de la comunidad. Aplican el pensamiento crítico como base para la toma de decisiones libre, consciente y responsable, fundada en el ejercicio de sus derechos, la alimentación saludable, la actividad física, la salud sexual y reproductiva y la interacción en contextos afectivos, lúdicos, artísticos, recreativos y deportivos como parte de un proyecto de vida saludable, libre de adicciones y violencia.

IV. Participan en el cuidado del medioambiente de forma activa, solidaria y resiliente ante el cambio climático, para ello identifican problemas de relevancia social y emprenden acciones para buscar soluciones de manera colaborativa.

V. Intercambian ideas, cosmovisiones y perspectivas mediante distintos lenguajes, con el fin de establecer acuerdos en los que se respeten las ideas propias y las de los demás. Poseen habilidades de comunicación básica en otras lenguas. Aprovechan los recursos tecnológicos y medios de comunicación a su alcance, de manera ética y responsable para comunicarse y obtener información, seleccionarla, organizarla, analizarla y evaluarla.

VI. Interpretan fenómenos, hechos o situaciones históricas, culturales, naturales y sociales que pueden estar vinculados entre sí a partir de temas diversos e indagan para explicarlos con base en razonamientos, modelos, datos e información con fundamento científico o a partir de saberes comunitarios, de tal manera que ello les permita consolidar su autonomía para plantear y resolver problemas complejos considerando el contexto.”

No será fácil la tarea de construir un México para que los pequeños seres humanos que vienen, puedan vivir en comunidades solidarias, pero de todos los hasta hoy probables candidatos que nos muestra esta encuesta, Claudia es la que puede acercarnos más a esa realidad, sólo vean el perfil de los contendientes e imaginen qué sería de México con ellos al frente, por supuesto que los nefastos de Anaya y Téllez quedan descartados, el presidente municipal hijo de Colosio no podría gobernar el país; Paredes representa a lo más podrido del PRI y el mismo Marcelo es un gato muy correteado del PRI con excesivas tendencias tecnócratas y que no pierde oportunidad por mostrar sus gustos caros.

La tarea titánica pendiente es y será garantizar la seguridad y la paz de cada mexicano y regresar (a ver cómo) a los militares a sus cuarteles.

Aquí puede acceder a la encuesta de Enkoll completa.

El 82% de los mexicanos quiere una presidenta, sólo espero que la tímida compa de la Facultad de Ciencias con la que me tocó luchar hace 40 años en la UNAM y con la que alguna noche tuvimos que imprimir 10 mil volantes para organizarnos contra el mal gobierno, en un mimeógrafo manual que nos destrozaba el stencil cada 200 copias, no olvide las largas conversaciones, sobre el México que merecíamos y que merecemos.

La vida es una construcción consciente.

Iván Uranga
Iván Uranga

Especialista en Ciencias Sociales, promotor de comunidades autónomas autogestivas, investigador social, docente de Permacultura, escritor de
ensayos, novelas, cuentos, teatro y poesía.

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