Claudia en Tercer Grado: ¿su último guiño a López Obrador? Autor: José Reyes Doria

Fotos: Cuartoscuro

José Reyes Doria | @jos_redo

La entrevista a Claudia Sheinbaum en el programa Tercer Grado, de Televisa, causó un gran revuelo. Tanto la candidata presidencial de Morena como los periodistas de Tercer Grado han sido objeto de todo tipo de críticas, por la forma y el contenido de la entrevista; aunque las recriminaciones más duras han sido contra los entrevistadores. A éstos los acusan de haber sido exageradamente amables y obsequiosos con la candidata, en contraste con la mordacidad y la intransigencia que mostraron cuando, una semana antes, entrevistaron a la candidata del PRIAN, Xóchitl Gálvez.

Aquí proponemos un análisis desde el enfoque de la relación entre la candidata y muy probable Presidenta de la República, Claudia Sheinbaum, y el presidente Andrés Manuel López Obrador. En mi opinión, lo esencial de lo dicho por Claudia en Tercer Grado, constituye una defensa categórica, férrea y sin reservas del “legado” de AMLO. Esa entrevista era la última ocasión en el calendario político para expresar a los cuatro vientos su lealtad inquebrantable hacia el Presidente. Porque después de la jornada electoral, la eventual Presidenta electa ya no puede ni debe distraerse en la preservación del legado de AMLO. El momento político y la dinámica del poder impondrán a Claudia la necesidad de construir su gobierno, su proyecto, su narrativa, su imagen de poder y su personalidad propias.

Estos son algunos de los temas que posicionó Claudia en honor a AMLO en Tercer Grado:

1.- Le preguntaron si reconocería el resultado de las elecciones del 2 de junio. En su respuesta, Claudia retomó una de las fórmulas clásicas de AMLO: ve las elecciones con sospecha de fraude, por lo tanto, el reconocimiento de los resultados dependerá del desarrollo de las campañas, de la jornada electoral, del conteo de votos. Sin lugar a dudas, el Presidente sintió gran satisfacción ante esta respuesta; y, también si lugar a dudas, Claudia tiene una visión más amplia del proceso, las instituciones y las batallas electorales, pero le pareció adecuado ofrendar esta declaración al Presidente que se va. Sabe que puede ser criticada por ello, pero también sabe que las tendencias y las condiciones le favorecen ampliamente como para absorber ese riesgo sin problemas.

2.- Aseguró que no se implementó ninguna militarización en el sexenio de López Obrador. Reprodujo la narrativa de AMLO en el sentido de que el pueblo tiene en gran estima a las Fuerzas Armadas y que éstas son indispensables para garantizar la seguridad, para cuidar a la gente, por eso, respaldó al Presidente. La Guardia Nacional debe tener mando militar. Minimizó hasta el desdén la política obradorista de asignar al Ejército y a la Marina decenas de tareas civiles, que implican el manejo directo de miles de millones de pesos. Este fue uno de los espaldarazos más clamorosos de Claudia a la obra de gobierno de AMLO, aunque ella misma ha esbozado en la campaña que es necesario cambiar varias cosas en esta política.

3.- Claudia descalificó los graves señalamientos contra el manejo de la pandemia de Covid-19. Afirmó enérgicamente que no hubo errores significativos en la estrategia de atención de la pandemia por parte del gobierno de AMLO, y dijo que su propio gobierno en la CDMX tampoco tuvo la menor negligencia en esa tarea crucial. Retomó sin más la interpretación de que los cientos de miles de muertes se debieron, principalmente, a la diabetes y la hipertensión masivas de los mexicanos y al estado deplorable del sistema de salud, ambas calamidades heredadas del periodo neoliberal. Música para los oídos de AMLO. Pero Claudia sabe que en ese tema hay un gran pendiente; fue revelador, por ejemplo, que no mencionara para nada a Hugo López Gatell y que, comentan en su entorno, no lo quiera ver ni en pintura.

4.- Los periodistas de Tercer Grado le insistieron que el desfalco en Segalmex era indignante, y que era muy cuestionable que el presidente López Obrador exonerara sin más a Ignacio Ovalle, el director de la dependencia, que lo protegiera con el manto de un cargo en el gobierno. Claudia no criticó a AMLO, no reconoció verbalmente que hubo corrupción en ese caso, por lo tanto tampoco hubo impunidad, y cerró el tema retando a que las autoridades investiguen y castiguen, si hay delitos. Seguramente López Obrador aplaudió esta respuesta, aunque Claudia en algunos momentos de la campaña ha dicho que falta mucho por hacer en el combate a la corrupción, y hasta presentó un Plan Anticorrupción y habilitó a Javier Corral como el Zar de esa cruzada. Pero se imponía, al menos por última vez, respaldar al Presidente en el control de daños por Segalmex.

5.- Claudia defendió la iniciativa de AMLO de reformar la Constitución para eliminar a los legisladores de representación proporcional. Los periodistas de Tercer Grado cuestionaron que esa medida podría deteriorar profundamente la representatividad y la legitimidad del Congreso, toda vez que éste no reflejaría la pluralidad y la diversidad de la sociedad y de los múltiples intereses que interactúan en la arena pública. Eliminar la representación proporcional, además, es una política que se asocia más con las derechas que con las izquierdas. Pero Claudia defendió el proyecto, aunque tuvo que admitir que se buscarían formas de no cerrarle espacios a la pluralidad. Claudia viene de las luchas sociales de izquierda y sabe el valor y el significado de la representación legítima, pero se permitió apoyar a AMLO, al menos discursivamente, porque sabe que para lograr este propósito necesita mayoría calificada y también necesitaría convencer a numerosos legisladores morenistas que no están de acuerdo en dispararse al pie aprobando esta reforma.

6.- Le cuestionaron a Claudia el déficit fiscal histórico para este Ejercicio 2024 impulsado por el Presidente. Se trata de un déficit que implica una deuda adicional por dos billones de pesos. Una vez relajada la disciplina fiscal, le señalaron los periodistas de Tercer Grado, es difícil recuperarla en los Ejercicios posteriores. En este tema la postura de la candidata oficial fue interesante, porque, por un lado, defendió y justificó el enorme déficit fiscal 2024 afirmando que ese desequilibrio de las finanzas públicas obedece a que el Presidente quiso que sus mega obras, como la refinería Dos Bocas, el tren Maya, lo que se pueda del Interoceánico, y otros, quedaran totalmente antes de que termine su sexenio, por eso el endeudamiento. Pero, por otro lado, esa afirmación de Claudia implica dos mensajes implícitos: a) en 2025, ya en su sexenio, no se destinarán recursos a las mega obras de AMLO; y b) ella no aceptará continuar con la dinámica de grandes déficits fiscales.

7.- Claudia avaló la postura político-doctrinaria de AMLO de no aumentar impuestos a los más ricos, de no hacer una reforma fiscal progresiva y redistributiva. Con lo que hay, y con austeridad y combate a la corrupción alcanza. No más impuestos. Gran abrazo a AMLO con esta postura, pero Claudia y su equipo entienden que el Estado tiene que tomar una actitud más progresista en materia de justicia redistributiva. Que se tiene que redistribuir la riqueza, como se espera de un verdadero gobierno de izquierda, y no conformarse con redistribuir solo el Presupuesto.

CONCLUSIÓN

Es muy probable que después del 2 de junio, si logra la anunciada victoria, Claudia comience a construir fuertemente una imagen autónoma y poderosa de su mandato como primera mujer Presidenta de México. En un sistema presidencialista como el mexicano, y sobre todo cuando un Presidente saliente acumuló tanto poder personal (Plutarco Elías Calles, Luis Echeverría, Carlos Salinas de Gortari, AMLO) se vuelve prácticamente inevitable una confrontación entre el Presidente que se va y el que llega. Porque el poder presidencial es unipersonal, no se puede compartir entre dos personas: o lo conserva el poderoso que terminó su mandato, o lo consolida el nuevo que llega con toda la legitimidad y las atribuciones constitucionales. En estas confrontaciones siempre acabó perdiendo el Presidente que quería seguir mandando. Calles sometió a su sucesor, lo hizo renunciar, también sometió a los sustitutos; el costo fue una gran inestabilidad. Pero Lázaro Cárdenas lo aplacó y lo desterró. Echeverría y Salinas también fueron desterrados. El nuevo Presidente siempre tiene la ventaja de la legitimidad, la investidura y la Constitución. La Presidencia se la deben al voto popular, no a una revolución armada, ni a un caudillo o a un movimiento. Y una forma de imponerse es diferenciándose hasta donde sea posible del que se va: por eso, muchos observadores tienen la expectativa de que, en muchos aspectos, Claudia, deliberadamente, ejercerá el poder de forma distinta a su antecesor. Para bien (ojalá) o para mal. Veremos

José Reyes Doria
José Reyes Doria

Politólogo por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Asesor parlamentario en diversos órganos de gobierno y comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión. Colaborador en portales informativos. Conferencista sobre temas legislativos y políticos. Consultor en materia de comunicación política, prospectiva y análisis de coyuntura. Contacto: reyes_doriajose@hotmail.com

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