Francisco Félix | julioastillero.com
En entrevista para Astillero Informa, José Ramón Cossío, ministro en retiro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, se refirió a la votación en el pleno que hubo en 2007 en torno a proceder o no contra Mario Marín, acusado de diversas violaciones en contra de la periodista Lydia Cacho. Consideró que sí había elementos suficientes para poder actuar contra el político poblano y lamentó el resultado final de aquella votación, 6-4, en la cual la actual titular de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, dio su voto en contra.
Cossío recordó que la denuncia del caso Lydia Cacho se turnó al ministro Juan Silva Meza, quien, luego de contar con elementos suficientes para tener una idea de las violaciones cometidas en contra de la periodista, evaluó, juntó con el resto de sus compañeros, si se dieron violaciones graves de derechos humanos, pues en ese entonces la Suprema Corte tenía la facultad de investigarlas. Al final se determinó que sí y fue la primera vez que se planteaba que tales violaciones se cometían en contra de una sola persona, pues hasta entonces se consideraban violaciones colectivas, casi siempre asociadas a matanzas y masacres.
El ministro en retiro contó que otra de las cuestiones fundamentales que se cuestionaron en 2007 fue si, además del caso contra Lydia Cacho, se investigaba también el tema de la existencia de una red de pederastia. No obstante, dijo, la mayoría de ministros lo rechazó. A favor sólo votaron, el propio Cossío, Olga Sánchez Cordero, Juan Silva Meza y Genaro Góngora. A continuación, se puso a votación si el conjunto de acciones cometidas por las autoridades en contra de Lydia Cacho ameritaba hablar de una colusión o connivencia que implicaba graves violaciones a derechos humanos. Fue ahí, señaló Cossío, cuando Olga Sánchez Cordero votó en contra y sólo lo hicieron a favor, el propio Cossío, junto con los ministros Silva Meza, Góngora y Gudiño.
De acuerdo con José Ramón Cossío, esta votación de 2007 en el pleno de la Corte tuvo un carácter muy relevante, pues se pudo haber sentado un precedente respecto a que los arreglos y juegos políticos de las autoridades que tienen efecto en los resultados sobre la impartición y procuración de justicia, constituyen una violación de derechos humanos.
Finalmente, el ministro en retiro consideró que, más allá de la condena final que resulte contra Mario Marín, es importante que, después de tantos años de haber sucedido los hechos de abuso contra Lydia Cacho, se cierre el ciclo. Consideró que ello es fundamental para ir acotando la impunidad en el país y estimó improbable que exista información suficiente que permita alcanzar jurídicamente a otros personajes involucrados en la trama, como Miguel Ángel Yunes y Emilio Gamboa.
