Peleando a la contra, paradoja visual. Autora: María del Pilar Torres Anguiano

Nadie puede salvarte sino
tú mismo.
te verás una y otra vez
en situaciones
casi imposibles.
intentarán una y otra vez
por medio de subterfugios, engaños o
por la fuerza
que renuncies, te des por vencido y/o mueras lentamente
por dentro
.
Charles Bukowsky

Estuve buscando cuál carambas es el nombre completo de M.C. Escher, el autor de una imagen, muy famosa, llamada manos dibujantes. Martius Cornelius, fue un arquitecto y grabadista, originario de los Países Bajos; famoso por plasmar figuras imposibles y mundos imaginarios que parecen demostrar que nuestros sentidos nos engañan. El acierto de las paradojas visuales (así es como se llaman) es que las obras son reales, pero las ideas que plasman son inverosímiles y nos obligan a tallarnos los ojos para poner mas atención a lo que vemos. Una de las más célebres obras de Escher es el dibujo de dos manos dibujándose mutuamente. Más allá del truco y la paradoja visual, la metáfora que sugiere es profunda y, paradójicamente, da cuenta de sí misma en su contenido y extensión. La litografía se llama Drawing hands, y fue impresa en 1948 en Europa.

En ese mismo año, del otro lado del océano, un hombre, que había nacido en 1920, vagaba por la ciudad de Los Ángeles, vivía borracho, dormía en pocilgas y aceptaba trabajos temporales que acentuaban la miseria y marginación en la que estaba inmerso desde niño.

Charles Bukowski creció en una zona violenta y en un hogar violento. Abandonó los estudios de periodismo y literatura en la universidad. Sus escritos eran rechazados constantemente por los editores. Luego de un par de publicaciones de sus obras, que le decepcionaron, decidió dejar de escribir. Durante la década en la que renunció a su vocación, visitaba burdeles y buscaba comida en la basura. Algún tiempo trabajó como cartero y bebía constantemente. Enfermó de una úlcera gástrica y al salir del hospital, comenzó a escribir poesía nuevamente. Ante la disyuntiva de volverse loco como empleado o morirse de hambre como escritor, optó por lo segundo.

Los años de exilio literario le habían alimentado temáticamente para convertirse en cronista de la contracultura, poeta maldito; y máximo exponente del realismo sucio, el movimiento que reducía la narración a elementos básicos, secos, parcos, breves y sombríos… pero profundos.

Bukowski mismo, encarnaba la decadencia estadunidense y el nihilismo literario, haciendo de sus humillaciones el tema de su literatura y viceversa, como las manos dibujantes de Escher, llevando esa paradoja hasta el extremo. Irónicamente, convirtió su fracaso en éxito y los primeros años de aquel inadaptado, quedaron inmortalizados en La senda del perdedor: “La adolescencia me sobrevino repentinamente… estalló el acné. La mayoría de los chicos lo padecían, pero el mío fue terrible. Era el peor de la ciudad… Tuve que retirarme y mirar a la gente desde lejos, como si estuvieran en un escenario. Solo que yo era el único espectador”.

Aquel empleo en la oficina de correos le sirvió de inspiración para la novela que publicaría años más tarde: El cartero, en la que narra la vida de un repartidor de cartas, alcohólico, degradado y marginado social que, sin embargo, no reniega de su estilo de vida.

Bukowski encarna sus propias letras; según las cuales, un poema es una ciudad, es una nación, es el mundo. Sus personajes no tratan temas trascendentes ni inspiradores, no son precisamente como Jean Valjean, sin embargo, sus letras están llenas de verdad. Se dedicó primero a intentar sobrevivir y después a escribir para relatarnos cómo lo hizo. Para muestra, un fragmento de Pájaro Azul:

hay un pájaro azul en mi corazón que
quiere salir
pero soy duro con él,
le digo quédate ahí dentro, no voy
a permitir que nadie
te vea.
hay un pájaro azul en mi corazón que
quiere salir
pero yo le echo whisky encima y me trago
el humo de los cigarrillos,
y las putas y los camareros
y los dependientes de ultramarinos
nunca se dan cuenta
de que está ahí dentro.
…..
hay un pájaro azul en mi corazón
que quiere salir
pero soy demasiado listo, sólo le dejo salir
a veces por la noche
cuando todo el mundo duerme.
le digo ya sé que estás ahí,
no te pongas
triste.
luego lo vuelvo a introducir,
y él canta un poquito
ahí dentro, no le he dejado
morir del todo
y dormimos juntos
así
con nuestro
pacto secreto
y es tan tierno como
para hacer llorar
a un hombre, pero yo no
lloro,
¿lloras tú?

No sé ustedes, pero yo he escuchado varias veces una frase motivacional que invita a las personas a hacer de sus vidas un libro digno de ser leído. Al parecer, Bukowski y el pájaro azul que llevaba en el pecho, llevaron esto al extremo.

Las manos dibujantes de Escher, también se hicieron muy famosas. Más allá del museo, se comparten en las redes sociales y prácticamente todos las hemos visto, aunque pocos sepan quién es el autor.

Otra imagen famosa en las redes sociales, es la de un muchacho sentado en el suelo, que llora mientras sujeta con una mano, su casi destruido ramo de rosas rojas; y se cubre el rostro, con la otra.

Como todo meme, aquél “soldado caído de San Valentín” lleva escrita su frase lapidaria: muere un lector de Benedetti, nace uno de Bukowski. Me permito darle la más cálida bienvenida en el mundo de los aficionados del realista sucio, con la humilde recomendación de que comience por Peleando a la contra.

@vasconceliana

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