Se escondía tras la figura de un discreto empresario del ramo hotelero de Mazatlán, la plaza en la que permaneció por años antes de su muerte.
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Culiacán, Sin.- En la estructura criminal de Los Chapitos, no todos los nombres aparecían en mantas, corridos o encabezados. Algunos operaban desde la sombra, con bajo perfil público, pero con un poder real y cotidiano.
Uno de ellos era Óscar Noé Medina González, alias “El Panu” o “El Lobo”, identificado por autoridades de México y Estados Unidos como uno de los operadores más relevantes y peligrosos del Cártel de Sinaloa.
Este domingo 21 de diciembre, El Panu fue asesinado a balazos durante una reunión de negocios en un restaurante de comida china de la Zona Rosa, en la colonia Juárez de la Ciudad de México. Iba acompañado de otro hombre que resultó herido, y en la mesa se encontraba un tercero con el que platicaba.
Aunque su pareja lo identificó como Oscar R, las autoridades capitalinas descubrieron que debajo del disfraz de empresario hotelero se encontraba el temible lugarteniente de Los Chapitos.
Durante más de 15 meses, El Panu se había convertido en uno de los hombres clave en la guerra que estalló el 9 de septiembre de 2024 entre sus jefes y Los Mayos, fractura promovida por la captura y entrega de Ismael Zambada García al gobierno de Estados Unidos.
Fuentes de seguridad informaron que una casa incendiada recientemente en la colonia Chapultepec, en donde fue encontrada una camioneta SUV marca Porsche calcinada, era de su propiedad.
El perfil del Panu
Nacido el 11 de mayo de 1983 en Culiacán, Sinaloa, Medina González escaló posiciones hasta convertirse en el principal lugarteniente de Iván Archivaldo Guzmán Salazar, líder de alto rango del grupo criminal fundado por Joaquín El Chapo Guzmán.
Su función iba más allá del mando armado: era señalado como el comandante diario del aparato de seguridad de Iván Archivaldo y de sus hermanos, conocidos como Los Chapitos.
El hombre detrás del control territorial
De acuerdo con la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos (DEA), El Panu supervisaba a los comandantes regionales encargados de la seguridad en zonas estratégicas del país. Bajo su coordinación operaban sicarios y células armadas movilizadas según las necesidades del grupo: protección de rutas de tráfico, ataques a rivales, control de territorios en disputa y defensa de operaciones ligadas al tráfico de fentanilo.
Las autoridades estadounidenses describen su papel como clave en la logística criminal: decidir dónde y cuándo desplegar hombres armados, a quién eliminar, qué zonas recuperar y qué mensajes enviar, tanto a organizaciones rivales como a autoridades y población civil.
Violencia como método
Documentos oficiales lo vinculan con hechos de alto impacto. Entre ellos, el secuestro y tortura de dos agentes federales en Navolato en 2017, así como su presunta participación en ataques coordinados en Ciudad Juárez en agosto de 2022, episodios que evidenciaron la capacidad operativa y alcance nacional de Los Chapitos.
Para las agencias estadounidenses, estas acciones forman parte de una estrategia sistemática para asegurar el negocio de las drogas sintéticas. La DEA sostiene que el Cártel de Sinaloa es en gran medida responsable del flujo masivo de fentanilo hacia Estados Unidos, sustancia que ha detonado una de las crisis de salud pública más graves en ese país.
Acusación federal y cacería internacional
El 4 de abril de 2023, un gran jurado federal del Distrito Sur de Nueva York presentó una acusación formal contra Óscar Noé Medina González y otros integrantes de la organización. Los cargos incluyen empresa criminal continua, conspiración para la importación y distribución de fentanilo, posesión de ametralladoras y dispositivos destructivos, conspiración para poseer este tipo de armamento y lavado de dinero.
Además, Medina González figura en las listas de sanciones de la Oficina de Control de Bienes Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, lo que implica el bloqueo de activos y restricciones financieras internacionales.
Como parte de la presión, el Departamento de Estado de Estados Unidos ofrecía una recompensa de hasta 4 millones de dólares por información que conduzca a su captura y/o condena, una cifra que refleja el nivel de prioridad que representaba para las autoridades estadounidenses.
Otro operador clave fuera del juego
Para nadie era un secreto que la figura de El Panu era clave en la guerra que pelean Los Chapitos contra las huestes de Ismael Zambada Sicairos, El Mayito Flaco, y sus aliados, pero eso también lo colocó como uno de sus principales objetivos.
Además de El Panu, otras bajas de Los Chapitos han sido Humberto Figueroa, La Perris, así como Luis Ángel Canobbio Inzunza, El Güerito, jefe de seguridad y financiero del grupo.
A la lista se suman personajes como Kevin Alonso Gil Acosta, El 200, entre otros colaboradores cercanos de Iván Archivaldo y su hermano Jesús Alfredo.
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