Por Yosley Carrero | Xinhua
Miles de cubanos continúan manifestando su apoyo a la Revolución socialista y al Gobierno de la nación caribeña tras los violentos disturbios del domingo pasado en varias ciudades del país.
Entre ellos se encuentra Reinaldo Delgado, quien recibió una herida en la cabeza tras ser golpeado con una piedra durante las protestas que alteraron el orden público en el municipio habanero de 10 de Octubre.
El joven, de 36 años de edad, trabaja como profesor en la Universidad de las Ciencias Informáticas y salió a la calle para defender a “Cuba y las conquistas del sistema socialista, como prueba del compromiso de las nuevas generaciones con el destino de la nación”.
“Hice lo que le toca hacer a cualquier revolucionario. No podemos admitir que ninguna nación extranjera interfiera en la tranquilidad y la paz de este país”, comentó a Xinhua.
Como él, también resultó herido el secretario general del comité provincial de la Central de Trabajadores de Cuba en La Habana, Alfredo Vázquez, quien recibió agresiones físicas por parte de los manifestantes.
El funcionario, quien visitaba a su hijo en el municipio de Marianao, convocó a sus compañeros de trabajo para acudir a la sede de la organización en Centro Habana luego de conocer las noticias a través de los medios de comunicación y las redes sociales.
“Tengo una herida en mi cabeza. Nos golpearon con palos y piedras. Fueron manifestaciones muy violentas que querían crear un clima de ingobernabilidad en el país. Esto tiene que ver con el efecto de las más de 240 acciones emitidas por la administración Trump contra nuestro pueblo”, relató a Xinhua.
Los disturbios del 11 de julio en Cuba acontecieron en medio del mayor rebrote de la COVID-19 en la isla desde el inicio de la pandemia y la intensificación del bloqueo de los Estados Unidos contra la nación caribeña.
En días recientes, durante una comparecencia en cadena nacional de radio y televisión, el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, dijo que Estados Unidos promueve estadillos sociales en el país caribeño.
“La Revolución defiende los derechos de todos, sin discriminación, pero no podemos poner en riesgo la independencia y soberanía del país”, precisó el mandatario, quien afirmó que las autoridades de la isla nunca han alentado la violencia entre los cubanos.
Por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla, informó que desde el 23 de junio del presente año se tenía información de que una operación comunicacional de alta envergadura se gestaba contra el país.
“El 11 de julio no hubo en Cuba un estallido social, no lo hubo por la voluntad de nuestro pueblo y el apoyo de nuestro pueblo a la Revolución y a nuestro gobierno”, dijo el diplomático, quien responsabilizó a la actual administración estadounidense de las consecuencias de persistir en esa política de estrangulamiento, de incitación a flujos migratorios irregulares y desordenados entre ambos países.
Durante los últimos días, los cubanos han mostrado su apoyo al sistema socialista de la isla caribeña a través de actos políticos en los barrios, centros laborales y sedes de instituciones de la nación, y han recibido la solidaridad de gobiernos y organizaciones sociales de diferentes partes del mundo.
Entrevistada por Xinhua, Sonia Cruz, una trabajadora del sector minero en la capital cubana, apuntó que se siente feliz de que las calles de Cuba hayan retomado la calma habitual.
“Nuestro deber como ciudadanos es colaborar con el gobierno y la Revolución para derrotar a la pandemia de la COVID-19 y reactivar nuestra economía. Sólo el socialismo es garantía de futuro.”
